Si bien no figuraba en ningún cronograma electoral, el precandidato a gobernador Sergio Urribarri le ganó otra pulseada de poder al intendente Juan Carlos Cresto. El cuadrilatero fue la segunda noche de la Fiesta del Citrus, cuando los organizadores le notificaron que su rol protocolar sería el de colocar la banda a la nueva soberana, ya que la corona sería entregada por el presidente de la CAFESG, quien estaba en representación del gobernador Jorge Pedro Busti.
El intendente de Concordia había recibido una primera negación cuando solicitó hacer uso de la palabra en el escenario mayor, pero desde la organización del evento se le explicó que ninguna autoridad hablaría en ese marco, tal como ocurrió.
Si bien es conocida la debilidad de Cresto por los discursos, el titular del Ejecutivo aceptó la condición, hasta que la organización del protocolo lo sacó de sus casillas.
Al enterarse como estaba prevista la coronación, Cresto comenzó una acalorada pelea con los encargados de diagramar la fiesta, quienes finalmente mantuvieron los roles previstos: Urribarri la corona, Cresto la banda.
En ese contexto se sumó a la discusión el diputado Enrique Cresto, quien acusó al presidente de la Comisión Organizadora, Dario Hojjmann, de querer favorecer interesadamente al precandidato a gobernador y desconocer las reglas del protocolo del funcionariado público. Mientras su padre repetía incansablemente “acá la autoridad máxima soy yo”.
Finalmente los dos integrantes de la familia Cresto volvieron a sus sillas delante del escenario mayor, ya que se especulaba conque serían convocados por los conductores del espectáculo, a lo cual el mandatario no se podría negar ante los miles de presentes.
Pero para desagrado de Cresto, la invitación por los parlantes nunca llegó y mientras Urribarri coronaba a la nueva soberana, el intendente abandonaba el predio municipal de la Estación Norte.
