La Vacuna contra la Fiebre Amarilla en Entre Ríos se realiza gratuitamente en :
*Paraná: Delegación Sanitaria Federal, sita en calle Echagüe 661, teléfono 4233461.Horarios de atención: Lunes a viernes de 8-12 hs.
*Concordia: Unidad Sanitaria teléfono:0345-4225137 sita en Pellegrini 780 y en Hospital Masvernat teléfono: 0345-4251135
*Gualeguaychú: Unidad Sanitaria del Hosp. Centenario ,teléfono 03446-426151
*C. Del Uruguay: Unidad Sanitaria sita en Perú 219,teléfono 03442-428626
Según el médico argentino, la vacuna contra la fiebre amarilla no debe ser administrada «por las dudas». Sólo debe ser administrada a quien se exponga al riesgo de infección concreta. Si sabemos que en la costa atlántica de Brasil, no hay circulación del virus de la fiebre amarilla, entonces no hay razón para recibir la vacuna. Se desaconseja administrarla en embarazadas y está contraindicada en menores de 6 meses y en personas que padezcan trastornos de su sistema inmunitario o de defensas (como personas viviendo con VIH). Puede tener efectos colaterales, como dolor en el sitio de inoculación, fiebre y decaimiento. Puede también tener efectos adversos graves, aunque son excepcionales.
En una nota remitida a DIARIOJUNIO, Alberto Irigoitia de la Unidad Epidemiológica Departamento Colón, Dirección de Epidemiología – SES – ER del Hospital «San Benjamín», nos aclara que, sólo si vas a viajar a ciudades ubicadas en las zonas de “Riesgo de transmisión” (Acre, Rondoña, Mato Grosso, Goias, Mina Gerais, Tocantina, Pará, Amazonas, Roraima, Amapá y Maranhao), y de “riesgo de transmisión esporádica” (Piauí), tenés que vacunarse según el Ministerio de Salud de la Argentina.
LO QUE HAY QUE SABER…
– ¿Qué turistas no necesitan vacunarse?
Los que van a las ciudades de la costa atlántica de Brasil. Esto significa que los que van al Chuy, Curitiba, Porto Seguro, Florianópolis, San Pablo, Río de Janeiro, Salvador, Recife y Fortaleza no tienen la obligación de vacunarse contra la fiebre amarilla.
– Y entonces, ¿por qué hay tanto susto?
La fiebre amarilla fue erradicada de las áreas urbanas de Brasil en 1942, pero el virus continuó circulando en las zonas selváticas. Lo que pasó ahora es que se murieron 3 personas en ciudades, pero se habían infectado al ir a zonas selváticas. El riesgo es que las personas que se infectan con el virus de la fiebre amarilla en la selva sean a su vez picadas por mosquitos en las ciudades. Esos mosquitos urbanos se infectarían y se convertirían en vectores de la enfermedad.
A esto se suma que el 21 de diciembre se comunicó que varios monos macacos también murieron por la fiebre amarilla en la región centro-oeste del país, que ahora pasó a considerarse como «área de transición». Sin embargo, vale aclarar que no hay un brote ni tampoco una epidemia de fiebre amarilla en Brasil.
– ¿Cuál sería el riesgo para la Argentina?
En nuestro país, no hay casos notificados de fiebre amarilla actualmente. En 1871, la ciudad de Buenos Aires sufrió la última epidemia. Estaba llena de mosquitos infectados y llegaron a morir más de 13.000 personas. Ahora, el riesgo que se corre es que alguien vaya al área selvática de Brasil y vuelva con la enfermedad. Así, existíría la posibilidad de que luego de su viaje fuera picado por mosquitos en la Argentina, que éstos se infectasen y así se podría desarollar un brote. Para evitarlo entonces se recomienda la vacunación sólo cuando se visita la región endémica en Brasil. Es decir, la vacunación tiene un doble fin. Previene a una persona en particular, pero también evita que afecte a otras personas en zonas no endémicas.
– ¿Cómo lo consigue?
La vacuna debe ser administrada 10 días antes de viajar a la zona selvática de Brasil. Si la persona es picada allí por un mosquito infectado con el virus de la fiebre amarilla, los anticuerpos que le aportó la vacuna matan al virus. De esta manera, los turistas no vuelven con el virus circulante a la Argentina.
– ¿Por cuánto tiempo dura la efectividad de la vacuna?
Al menos 10 años.
– ¿A partir de qué edad se puede recibir la vacuna?
Se puede dar a partir de los 6 meses en caso de necesidad, pero lo común es recibirla al año de vida en la zona endémica. Si una mujer ya estaba vacunada antes del embarazo, su hijo puede nacer protegido contra la infección.
– ¿Y por qué se llama fiebre amarilla?
Por el color que toma la piel de las personas afectadas. Se producen 200.000 casos y 30.000 muertes por año en el mundo.
– Además de Brasil, ¿dónde más hay fiebre amarilla?
Es endémica en 9 países de América Latina: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, y en 33 países de Africa. A principios del siglo XX, hubo brotes en Europa, en América Central y del Norte y en las islas del Caribe. Es curioso que la fiebre amarilla nunca entró en Asia.
– ¿Cuáles son sus síntomas más comunes?
Se desarrollan 4 ó 6 días más tarde de la picadura del mosquito infectado por el virus de la fiebre amarilla. Las personas afectadas padecen decaimiento, dolores musculares, una irritabilidad conjuntival -parecida a la conjutivitis y fiebre. El 15 por ciento de los cuadros evolucionan hacia una forma grave, con piel amarillenta, vómitos con sangre y hasta pueden entrar en coma.
– ¿Es verdad que no hay un tratamiento específico contra la fiebre amarilla?
Es verdad. No hay un medicamento específico. Se le da soporte en terapia intensiva a los pacientes. Allí se realiza un manejo del equilibrio hidroelectrolítico para evitar daño del riñón.
– ¿Por qué nadie se ha preocupado por desarrollar un medicamento?
Creo que una de las razones puede ser que se trata de una enfermedad muy aguda. Esto significa que cuando la fiebre amarilla da los síntomas, ya la enfermedad se desató. Lo que hay que recalcar es que la vacuna es la mejor herramienta de prevención, con una eficacia que llega casi al 100%.