FEMICIDIO : ‘Vos vas a ser mía sino no vas a ser de nadie’, le dijo el policía y le pegó el tiro a su pareja de 15 años

El fiscal Guerrero abrió el juicio oral exponiendo su razonamiento respecto de estar en presencia de un homicidio triplemente calificado. “Por matar a la concubina, lo prevé el artículo 80, inc. 1º, por alevosía porque consideramos que había una indefensión absoluta de parte de la víctima y por el inciso 11º que es por violencia de género. Esto venía acumulándose por situaciones fácticas de violencia que culminan en esta situación”, indicó.

En ese sentido, Guerrero señaló que el 28 de julio de 2013 en una humilde casa precaria ubicada en la cortada de la vía muerta, ubicada entre calles Leguizamón y Brown, Casas le apoyó la pistola reglamentaria en la cabeza a Mariana Romero y le efectuó un disparo que le causó la muerte.

De la misma forma, Guerrero sostuvo que el acusado, luego del hecho, realizó acciones “para entorpecer la investigación y destruir pruebas que lo incriminaban”. Y sostuvo que presenta rasgos “psicopáticos”, “conductas de simulación”, un “alto grado de autoestima”, “tendencias reiteradas a la victimización” y una “personalidad impulsiva”.

“Mariana Romero era sometido a actos de violencia de género permanentemente por Casa quien la controlaba mediante actos de manipulación”, dijo el fiscal. De hecho, la primera testigo, María Ríos, una vecina lindera a la casa que compartían Mariana y Casas, contó que el policía la golpeó varias veces. “Yo escuchaba muchas cosas. Discutían mucho como toda pareja pero se escuchaban los golpes que le daba él”, indicó. “Siempre la maltrataba cuando Sandra (Romero, la madre de Mariana) no estaba en la casa. Y cuando Sandra volvía ella como que le negaba todas las cosas que le hacía Fabián a ella por que la madre le preguntaba si era cierto y ella le decía que no”, recordó.

Asimismo, dijo que la menor no salía a ningún lado ni hablaba con nadie. “Solamente salía si salía con el o con la mamá”, dijo Ríos quien dialogaba con Mariana pero su vecina nunca pasaba el cerco que delimitaba el terreno “para no tener problemas”. De la misma forma, sostuvo que en el barrio “todos le tenían miedo” a Casas.

En ese sentido, la vecina relató que un día Casas tuvo un inconveniente en la cancha de Victoria donde había ido a hacer adicionales para cubrir un partido de fútbol. “Le habían pegado a uno o dos policías. Y ese día llegó y la c… a palos a Mariana, se escuchaban los gritos. Y a veces cuando le pegaba subía la radio o la TV para que no escuchemos”, señaló.

El día  del hecho, Ríos dijo que escuchó junto a su marido una fuerte explosión y luego gritos de parte de Casas diciendo: “¿Mariana por qué hiciste eso? ¿Mariana por qué te mataste?”. Pero, a renglón seguido, señaló que ella y todos los vecinos del barrio no creen que la menor se haya disparado. “Nosotros pensamos que él la mató”, indicó.

Pero el testimonio más importante fue el del hermano de Mariana, Nicolás, de 17 años en aquel entonces, hoy tiene 19. El estaba presente en el momento en que sucedieron los hechos. Y recuerda que estaba dándoles de comer a las gallinas cuando la menor, sentada en un sillón amamantando a su hijo, le dijo a Casas que se quería cambiar de ropa porque la habían invitado a comer a la casa de la abuela. Y el policía le dijo: “No, vos querés ir a ver machos”, recordó textualmente Nicolás. Cuando Mariana le dijo nuevamente que quería ir, Casas le manifestó: “Vos vas a ser mía sino no vas a ser de nadie”.

En ese ínterin, el hermano vio cuando el policía sacaba el arma y “sin decirle nada le disparó”. “Yo agarré al nené y salí disparando”, recordó Nicolás. El menor sostuvo que luego estuvo en el hospital y posteriormente en Tribunales. ¿Con quien hablaste acá?”, preguntó Guerrero. “Con usted”, respondió el menor.

Guerrero, en una entrevista posterior, indicó que el hermano de Mariana tiene un leve retraso, una discapacidad. “Por ahí su alocución, su declaración, no es la más convincente. Le cuesta expresar lo que vio pero acá tenemos que tener en cuenta muchos factores”, dijo.

En  primer lugar, el fiscal resaltó la inmediatez con la que prestó testimonio. “No es que a los tres meses vino a contar lo que había pasado sino que lo contó ese mismo día. Había transcurrido una hora o dos horas del hecho. El mismo lo dijo, fue al hospital, fallece la chica Mariana, me entero de esta situación y lo traigo inmediatamente, descalzo, de pantalón corto, así como estaba y presta declaración y cuenta exactamente lo mismo con algunos matices. Que le saca el bebé y que Casas le dispara a su hermana”, dijo Guerrero.

En tanto, la hipótesis de la defensa es que se trató de un disparo accidental. Esa hipótesis se contrapone a lo expresado por el hermano. “Esta situación es la que tendrá que evaluar el tribunal”, señaló el fiscal.

La siguiente testigo que pasó por el tribunal fue Joanna Suárez, ex pareja de Casas, con quien tuvo un hijo. La mujer sostuvo que cuando salía a caminar tenía que mirar para adelante. “Si mirabas para el costado o mirabas a alguien después el empezaba a insultarte o te golpeaba”, dijo. Y agregó que una vez lo denunció en la Comisaría 3º pero cuando se daba vuelta “la hacían un bollito y la tiraban”. La mujer, con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, dijo que cuando se enteraba que lo había  denunciado la golpeaba. Relató incluso que la sentaba al pie de la cama, con el nene enfrente y le decía: “miralo, se va a quedar sin madre y me hacía ‘pum’”, apuntándola  con la pistola.

Incluso, recordó que cuando tenía un embarazo de cuatro meses, fue golpeada por el policía y terminó en el hospital con un principio de aborto. Suárez se sorprendió al verlo a Casas llorando con ella. “Adentro de la casa tenía una personalidad y afuera era otra cosa. Afuera era muy amable; parecía una persona buena pero adentro era totalmente de otra forma”, mencionó.

La mujer también aseguró que mientras estaba con ella, Casas vivía con otras parejas con quienes también tenía hijos. El abogado defensor de Casas, Pedro De La Madrid, le preguntó a Suárez si había ido a visitarlo a la cárcel de Paraná a Casas con su hijo. La mujer le respondió que fue a la Unidad Penal Nº 1 pero no a verlo al policía y que nunca había ido con su hijo.

La última testigo fue la madre de Mariana, Sandra Romero, quien recordó que se enteró de la relación entre su hija y Casas cuando la menor de 15 años ya transitaba el séptimo mes de embarazo. La madre se opuso desde un principio a la relación, igual que toda la familia materna, por la diferencia de edad y debido a la profesión de policía, pero Mariana le decía que “lo quería mucho”.

Posteriormente notó que Casas era muy celoso, que la vecina le contaba que la maltrataba cuando ella no estaba pero el policía se lo negaba cuando ella le preguntaba. Pero admitió que le tenía miedo por su condición de policía. 

Mañana, a las 8:30, se retoma el juicio con el testimonio de varios policías, médicos forenses. “Son varios los testigos que vamos a evaluar hoy para darle un orden y mañana continuaremos para seguir analizando la prueba incorporada”, dijo Guerrero al finalizar la audiencia de esta mañana.

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