¿Femicidio o desidia social?

No conocí a Gisela y no conozco a nadie de su familia, pero soy padre y no puedo imaginar el dolor por el cual están atravesando. La vorágine desinformativa nos tiene prisioneros, narcotizados, embobados en la pavada, y dejamos que casos como el de Gisela sean noticia por un rato, un rato tan breve como el tiempo que transcurre hasta que llegue el próximo caso.

Si la muerte es por violencia familiar algo habrá hecho, si es a la salida del boliche se lo ganó por puta, si era POBRE importa menos, menos que menos. Nos ponemos las anteojeras para ocultarnos una realidad que cada vez pega más cerca, que cada vez mata más cerca. ¿Qué estamos esperando?

Quiero mandar mi más profundo pésame a la familia, deseando que transiten este trágico momento de la mejor manera posible teniendo en cuenta la horrible situación.

Ojalá la justicia encuentre al culpable y le dé la pena que se merece. Ojalá que todos nosotros hagamos algo.

 

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