Pero la verdad a la corta o a la larga se impone y el próximo 10 de junio, por voluntad del actual gobierno constitucional, los despojos del sanguinario dictador fascista, Francisco Franco, serán desalojados del mausoleo que él mismo se construyó, en su megalomanía, para que descansaran en el Valle de los Caídos, porque los herederos de las verdaderas víctimas del holocausto español han finalmente logrado comenzar a correr el telón cómplice conque una parte de esa sociedad, retrógrada y miserable, había tratado de ocultar la historia de dolor, sufrimiento, corrupción y mentiras sobre millones de víctimas de aquellas horrorosas jornadas.
De cualquier manera y en honor a la verdad debemos decir que al ‘caudillo de España’ no le resultó fácil encontrar un aspirante a rey. Al primer ‘monarca’ tuvieron que sacarlo de apuro por la puerta de atrás porque sus aventuras de mujeriego impenitente y ‘coimisionero’ a repetición en todas las oportunidades que salía al exterior a promocionar las empresas españolas hicieron intolerable su permanencia en el ‘trono’. ‘Rey benemérito’ fue el enroque que inventaron cuando tuvieron que sacarlo a bolsazos, en oportunidad de su enésimo papelón internacional, cuando apareció al lado de su amante de turno cazando animales en vía de extinción en África a pesar de ser presidente de la WWF –World Wild Life– una institución presuntamente creada para la defensa de la naturaleza, que en ese entonces presidía el libertino ‘monarca’.
Para sucederlo tuvieron que apelar a su primogénito, a pesar de calificar éste, como diríamos en Argentina, como un ‘pavote’ de solemnidad, porque el resto de su descendencia estaba salpicada por escándalos de todo calibre, desde los provocados por el marido de la hija mayor, Jaime de Marichalar, Duque de Lugo (Duque de Lujo, según los españoles) con su apetito por la vida fácil y su obscura vida privada, hasta Iñaki Urdangarín, el otro yerno que siguió a pié juntillas el legado de su suegro acostumbrado a apropiarse de bienes públicos y dineros fáciles, aunque no disfrutaba del blindaje institucional de aquél, y así le fue. Para colmo de males ‘Felipillo’ como les gusta llamarlo a los españoles, contrajo nupcias con una ambiciosa mediática anoréxica, de pasado bastante sacudido, obsesionada por conducir de las narices a su conyugue y salir en las revistas del corazón.
Los negocios de empresas españolas en Argentina siempre han estado salpicados de escándalos y eventos de corrupción; la ‘madre patria’ desde hace quinientos años ha entendido estas tierras como patio trasero donde venir a cosechar frutos locales y llevárselo sin muchos miramientos ni escrúpulos.
En ese carácter y continuando la tradición inaugurada por su padre, Felipillo ha llegado a nuestro país en visita oficial, la que ha arrancado con un patético incidente protocolar que marca la improvisación irresponsable de la actual Cancillería, cuando insólitamente los ‘reyes’ tuvieron que permanecer más de una hora en el avión sin descender porque en el aeropuerto no encontraban la escalera para lo hiciesen.
Si alguien necesitaba la confirmación de que el actual gobierno que preside Macri es una continuidad de los gobiernos entreguistas, cómplices del saqueo continental al que ha sido sometida Sudamérica durante la mayor parte de sus 500 años de historia moderna, ahí lo tienen al patético “rey de España” que ha venido a decirnos que: “Apoyamos los programas de reforma que están en marcha” en referencia a las políticas neoliberales que están destruyendo nuestro país y poniéndolo nuevamente al servicio del saqueo y la destrucción de su naturaleza.
