Quienes descubrieron a Ferreira pensaron que había fallecido, pero pese a las horribles lesiones, cortes y mutilaciones que presentaba, aún estaba con vida. Inmediatamente fue trasladado al Hospital San José. El corazón de Ferreyra dejó de latir cerca de las siete de la mañana debido a un paro cardiorrespiratorio. La víctima presentaba un muy profundo corte en su labio superior, su nariz también estaba totalmente deformada y otro corte producido por golpes en los contornos de sus ojos, le provocó una marcada desfiguración de rostro, por la inflamación. Sufrió roturas de muelas, pérdidas de dientes y traumatismos de cráneo compatibles con patadas asestadas con fuerza en la cabeza. Algunos de estos golpes le provocaron el hundimiento y fractura de nariz y las fracturas de los maxilares y lesiones en las vértebras cervicales. También fue herido con un arma blanca de grandes dimensiones -un machete- de acuerdo a los profundos cortes que afectaron órganos internos y uno de sus ojos. Las pruebas halladas, hasta el cierre de esta edición, comprometerían a un joven de 19 años, como presunto autor del hecho. Fue así que en horas de la tarde se realizó un allanamiento en la finca que ocupa un joven jornalero, al que se identificó en la Jefatura de Federación como Maximiliano Rubén Parras. Con relación al caso se secuestraron prendas de vestir manchadas con sangre, aunque no se habría logrado encontrar el cuchillo o machete supuestamente utilizado en el hecho. El detenido quedó a disposición del juez de Instrucción de esa jurisdicción y sería indagado en el transcurso de este lunes.
