En invierno, son habituales los accidentes por calefaccionar las viviendas sin las adecuadas medidas de seguridad. Para evitar accidentes, los especialistas recomiendan tener en cuenta que el monóxido de carbono es un gas altamente venenoso que se mezcla totalmente con el aire y es difícil de reconocer. No tiene olor, ni color, ni sabor y no irrita los ojos ni la nariz. Se propaga rápidamente y puede provocar la muerte en solo quince minutos. Por eso aconsejan evitar:
1. Falta de ventilación cuando se calefacciona con hornallas, o con estufas a kerosene o gas.
2. Encendido de fuego (con carbón, leña, madera, papel, etc.) en lugares totalmente cerrados.
3. Mal estado de las instalaciones.
4. Conductos de salida de gas tapados.
5. Calefones y estufas en lugares inadecuados.