El relato de Dora Laura Seoane, ex esposa de Víctor Basterra, comprometió más a Febres en causa. La mujer contó que Febres fue el encargado de trasladar a un grupo de prisioneros de la ESMA a una isla del Tigre para «ocultarlos» de una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en setiembre de 1979.
Seoane, quien había sido secuestrada junto a Basterra y su hija de dos meses el 10 de agosto de 1979 en su vivienda de la bonaerense localidad da Valentín Alsina, fue liberada tras cinco días de cautiverio, lapso en el cual fue torturada. La mujer afirmó que en el operativo en el que fueron secuestrados, quien manejaba el Ford Falcon que los trasladó era el represor Ricardo Cavallo, actualmente detenido en España tras haber sido extraditado desde México.
La mujer también relató la crueldad con que fue torturada en la ESMA durante su cautiverio. Contó que se le pasaba corriente eléctrica por su cuerpo pese a que hacía pocos meses acababa de dar a luz a su beba.
Febres tiene 66 años y era un agente de inteligencia de la Prefectura Naval destinado en la ESMA. Hoy está detenido en dependencias navales del Delta, en el Tigre, acusado de secuestros, privaciones ilegales de la libertad y torturas.
Lo que se trata de precisar en el juicio es el rol puntual que tuvo Febres en la ESMA. No mandaba sobre las patotas, que -según estimaciones de organismos de derechos humanos- tuvieron no menos de 120 integrantes activos. Sin embargo, era el encargado del trato de los bebés robados a las prisioneras parturientas y se distinguía por el ensañamiento.