En su exposición, el religiosos estuvo acompañado por el dirigente José Conde Ramos. Farinello amplió los motivos de su visita a la capital entrerriana expresando que “es un proyecto de formación política en el que cuento lo que hago, mi experiencia con los pobres y el tema es la solidaridad”. Entre sus vivencias contó una situación que le tocó vivir cuando recién se ordenó sacerdote y que influyó en la decisión de abrazar la política y la religión. “Recién ordenado sacerdote, tenía 28 años, y con todos los ideales que tiene uno cuando se ordena, una tarde de sábado en una casita de chapas muy humilde, una mujer llorando me entregó el cuerpito de un bebé y me dijo: ‘Mi bebé murió padre’ y me lo puso en los brazos. Hacía mucho calor y la abracé contra mi pecho, allí estaba el médico del hospital de Quilmes y le pregunté: ‘¿De qué murió doctor?’ Me respondió que de hambre. Eso fue como una palabra de Dios, un mensaje del Señor que me decía: ‘Si querés ser sacerdote dedicá tu vida a los pobres, a los pibes’”.
Política y Religión
Hombre polémico por su condición de sacerdote que se arrojó a las turbias aguas de la política, Farinello tiene una particular visión de aquella: “Todo es una forma de amor. Jesús decía que el primer y único mandamiento es amar a Dios y al prójimo como a uno mismo. Es decir que la religión tiene una mirada hacia alrededor y hacia el hombre. La política es la relación de los hombres entre sí, de ella depende la dignidad, el trabajo, la familia, la tierra, la salud, en definitiva depende todo”, y agregó que “por ese amor de Dios todos hacemos política aunque no usemos esa palabra para definir lo que hacemos, pero como estamos relacionados con otros hombres indefectiblemente hacemos política”.
Consultado acerca de si volvería a aceptar una candidatura, expresó: “Eso ya terminó. Monseñor Novak, el obispo que me autorizó, murió y la experiencia culminó. El actual obispo me dijo que no le gustaba que actuara en política y me hizo párroco otra vez. Me enviaron a un barrio muy pobre donde la gente está muy mal y sufre mucho”, finalizó Farinello.
Luego aconsejó que “hay que desconfiar siempre del que dice que ama mucho a Dios pero nunca ama a los demás. Si la misa no te sirve para amar concretamente, tu religión es una mentira. Esto lo dice la Biblia. ¿Cómo puedes amar a Dios, a quien no ves, si no amas a tu prójimo a quien sí ves?”, y para ejemplificar eso recordó la parábola del Buen Samaritano.
Educación sexual
En relación al complejo tema de salud reproductiva y educación sexual en las escuelas opinó que “con sólo repartir preservativos no alcanza, hace falta una educación para el amor, para el amor verdadero que te haga una persona responsable. El sexo es bueno, Dios nos dio un sexo, Él tuvo un cuerpo, por eso el cuerpo no puede ser malo”. El párroco destacó que “existe la tentación de usar al otro como un cacho de carne que nos puede dar placer y el otro no es eso. Hay que mirarse con ojos de amor a la otra persona y no solamente desde el placer”, y aseguró que “los valores humanos implican también la formación sexual y no sólo repartir preservativos”.
En cuanto al rol que cumple la televisión opinó: “Cuando miro televisión sufro mucho, porque todo es sexo. Te hacen creer que cuando más mujeres tenés más piola y más hombre sos y no es así”. Farinello relató que “viendo el programa de Tinelli, puso tres trastes y había que elegir el más lindo, eso te denigra. Las chicas se presentan cada vez con menos ropa y eso no es bueno. Como no lo era antes cuando todo era pecado y el cura te preguntaba ‘adónde pusiste las manos cuando te fuiste a dormir’, y yo qué sabía adónde ponía las manos… Era todo una obsesión por el sexo y eso nos hizo mucho mal. Pero esto de ahora tampoco nos hace felices”.
La Iglesia hoy
“La Iglesia tiene un mensaje liberador impresionante, lo que hizo Jesús con su prédica: bienaventurados los pobres, no se puede amar a Dios y al dinero, vengo a traer fuego, quiero que el mundo arda, porque sos tibio te vomito. La Iglesia es compartir, es el altar blanco con el pan para compartir. Malditas mesitas individuales del capitalismo, unos comen caviar y otros se mueren de hambre, otros ponen rejas y que a mí no me molesten, ¿qué tiene eso que ver con Jesús?”, se preguntó entusiasmado el llamado cura social. “Jesús nació en un pesebre que no era de él, era un asentamiento, nunca quiso una Iglesia poderosa. Lo que debe hacer la Iglesia es seguir con la opción por los pobres”, sostuvo con seguridad.