Familiares de víctimas y sobrevivientes de Cromañón coinciden en que ‘falta justicia’

Simbólicas zapatillas -una imagen que apela a las del santuario, donde quedaron las que llevaban los chicos el 30 de diciembre de 2004-, fueron colocadas en las escalinatas de la Catedral metropolitana, donde el obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano, ofició la misa.

Ayer, en la Plaza de los Dos Congresos, reclamaron la sanción de una ley nacional de reparación para los sobrevivientes y las familias de las víctimas, ya que a más de una década sólo reciben un subsidio y atención médica dispuestas por una norma de la Legislatura porteña, lo que complica el tratamiento de quienes viven lejos de la ciudad.

Monseñor Lozano dijo que Jesús "está en los postergados, en los que reclaman justicia, los que padecen violencia, los que experimentan el ninguneo de la sociedad que vive anestesiada por la indiferencia y el consumismo", y exhortó a construir una sociedad basada en la justicia, la paz y el amor.

"Hoy volvemos a encontrarnos aquí porque sabemos que Dios nos abraza mirándonos como a hijos muy queridos. También queremos sentir en ese abrazo una caricia para aquellos que murieron y siguen estando en nuestros corazones y recuerdos", manifestó el obispo, que viene acompañando a los familiares desde que ocurrió la tragedia.

Murales, fotos, zapatillas, frases y la lista de los nombres de los muertos sobre otro sector del muro de la calle Bartolomé Mitre son hoy una réplica del santuario que hace un año retiró el gobierno porteño para liberar al tránsito la estratégica arteria en la terminal de trenes de Once.

"La réplica del santuario original es un espacio espontáneo, generado, creado y sostenido por familiares y sobrevivientes de Cromañón. Las fotos y los nombres de las víctimas que lo integran son el mejor ámbito para venir a pensar, reflexionar y reencontrarnos con el recuerdo de nuestros seres queridos", sostuvo Maria Luján Rossi, de 31 años y sobreviviente de Cromañón.

"Como obra de arte contemporánea, la instalación permite la interacción con el público y acercar los recuerdos. Para muchos haber levantado el santuario fue un golpe muy duro porque era un lugar de reencuentro, de oración y reflexión más allá de las diferentes creencias", sostuvo Rossi.

Los nombres de las víctimas de Cromañón "estaban sobre una pared que se empezó a caer y por eso nosotros la restauramos y volvimos a escribirlos. Hoy la idea es terminar el listado de nombres, como un homenaje", relató Fabiana Puebla, sobreviviente y pareja de José Cantale, que murió en Cromañón.

El lugar, más cercano al boliche donde ocurrió el incendio, tiene además frases pensadas y escritas por familiares y sobrevivientes, murales y el monumento de dos manos sosteniendo un manojo de llaves, "que abren la vida" en evocación a esas puertas cerradas con candados.

Para Aída, la mamá del fallecido Abel González, haber terminado un mural para esta fecha fue muy importante. "Falta justicia. Esperamos que las sentencias queden firmes y que salga la Ley de reparación para los sobrevivientes", sostuvo Aída, a metros del palco donde esta noche un homenaje cerraba la jornada de recordación.

Allí esperaban a los chicos que organizaron los recitales en el Obelisco para pedir por la libertad de Callejeros, la banda que tocaba en el boliche cuando comenzó el incendio, y otros grupos como el colectivo Colmena, que esta mañana asistió al acto de los padres de Cromañón en la localidad de Munro y después de pasar por Plaza de Mayo confluirá en el santuario de Once.

Luego de leer un documento conjunto en Plaza de Mayo las organizaciones de familiares y sobrevivientes marcharon hacia Once, donde proyectaron imágenes de la lucha que sostienen desde hace 11 años, y tenían previsto cerrar la jornada con velas, lectura de los nombres de las víctimas y una suelta de globos a las 23.50, hora en la que se desató la tragedia.

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