Familiares de Desconci sospechan que murió de Gripe A. Disconformidad por la atención en el hospital y con OSECAC

El médico que lo atendió, de apellido Pedroza lo único que nos decía era que estaba estable pero nosotros nos dábamos cuenta que no era así, relataba Griselda, mujer de la víctima. Su hermana, Roxana, agregaba que para ella y por lo que entendió le dijo otro médico, mi cuñado tenía la gripe A, pero a nosotros nos ocultaron todo, decía indignada Roxana cuyo esposo era compañero de trabajo de Desconci.
Según el relato de ambas hermanas a este diario, el primero en atenderlo fue un médico de guardia del sanatorio Garat, Diego Tenerani, según ellas. Ese médico y siempre según este relato, le habría diagnosticado gripe común para lo cual le dio jarabe para la tos y un analgésico y antifebril y lo mandó a la casa. Así estuvo, relataron, hasta el jueves que ya no aguantó más y lo llevamos al Masvernat porque la mutual de él, está cortada. En el hospital le hicieron una placa y lo dejaron internado porque tenía neumonía. De acuerdo a lo dicho por las hermanas ya internado le dieron Tamiflú (el medicamento recomendado para pacientes con gripe A (H1N1).
Ese dato, la neumonía aguda, lo que entendió le dijo un médico (del hospital pero al que no pudo identificar), sumado a que en la cama de al lado a la su marido había una chica, Lidia María Emiter de Bonazzolla que murió al otro día (viernes), al parecer también producto de la pandemia, son elementos que, a juicio de esta familia, no dejarían dudas acerca de que la causa del deceso fue la gripe A.
Sin embargo, un dato que merece ser computado es que nadie de la familia, ni su mujer ni sus dos hijas (de entre 16 y 21 años) tuvo gripe, tampoco las personas más allegadas a la familia. De todas formas, a esta conocida familia de Villa Zorraquín le llamó la atención que las autoridades de salud no hubieran hecho nada para protegerlos de un posible contagio o de sugerirles el aislamiento como establece el protocolo. En fin, situaciones que los llevan a manifestar su fuerte crítica a la mala atención.
Párrafo aparte mereció la obra social OSECAC y el dirigente del gremio de comercio, Simonetti. Dijeron que debido a que la obra social está cortada tuvimos que recurrir al hospital público sin poder ir a un sanatorio. Es una barbaridad que mi marido hace 18 años que está aportando y cuando necesita de atención, la obra social no lo respalda. Es mentira entonces, cuando Simonetti habla de todo lo que se ha hecho. Cuando les tocó hacer algo por nosotros no lo hicieron, dijo enojada Roxana, cuyo marido también es afiliado a ese gremio.
Párrafo aparte merece el imponente acompañamiento fúnebre. No solo por el aprecio al buen vecino, sino además, porque nadie podía creer que una persona tan joven, llena de salud y padre de dos hijas jovencitas, falleciera así tan de pronto. Ahora los familiares reclamarán y con justa razón, la historia oficial de su paso por el hospital. Por ahora no quieren recurrir a abogados, solo quieren saber qué pasó y cómo pasó y, obviamente, esperan que esa documentación no les sea negada.

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