Familia chajariense que chocó un búfalo demanda a Caminos del Río Uruguay

A las nueve y media de la noche del 26 de marzo de este año, Mauricio Arias (36), su mujer Marcela Dell Orto (34), y la pequeña de menos de un año Julieta Lucía (tienen ya un hijo de 8 años que no venia en ese viaje) venían de muestra fotográfica en la Sociedad Rural de Palermo. A la altura del kilómetro 116 de la ruta 12 embisten con su camioneta Ford Eco Sport a un búfalo de 900 kilogramos que se encontraba parado sobre la cinta asfáltica. Marcela y la bebé venían en el asiento trasero, ya que la mamá le estaba dando de comer en ese lugar del vehiculo, para mas comodidad en la labor. A raíz del impacto, el pesado y enorme animal destroza la parte delantera del vehiculo y provoca que el techo se “arrugue”, haciendo que la chapa se doble hacia adentro, golpeándole fuertemente la cabeza a la bebé y produciéndole una fractura de cráneo. La familia entera es trasladada al hospital “Virgen Niña” de Zárate. Allí, los médicos ven que Julieta ingresa en un estado relativamente bueno, pero luego comienza con convulsiones, y determinan que en realidad el cuadro es delicado. Sin que sepan sus padres (ya que no se habían repuesto del todo del accidente y lo de la nena era urgente), la trasladan a Buenos Aires, al Hospital Garrahan. Cerca de las dos de la mañana –ya la mamá estaba al tanto de todo-, la estaban operando.
Durante los primeros cinco o seis días, la pequeña se debatía entre la vida y la muerte. No respondía a ningún estimulo, no reaccionaba, no se movía. El sábado de Semana Santa, Julieta comenzó a moverse, apenas. La pequeña, según su padre sufrió “como un ACV, pero a raíz de un golpe. Perdió medio cerebro. Son células muertas que ya no se recuperan”. Tuvo que ser intervenida ocho veces ya. La familia pasó tres meses en Buenos Aires y siguen volviendo para controles. La pequeña tiene, al menos, la ventaja de que su desarrollo cerebral es incipiente por su corta edad, y que con el crecimiento del mismo por el proceso mismo de crecimiento de todo chico, la recuperación –que, como le advirtieron muchísimos profesionales a los papas, “nunca será total”- sea más rápida o mejor. Esto es válido mencionar, ya que un accidente cerebro-vascular como el de Julieta, en una persona mayor, es muchas veces sinónimo de irrecuperabilidad.
Los papas de la niña hoy por hoy ven la chance de acceder a un programa de rehabilitación en el reconocido Instituto Fleni de Buenos Aires. “En el Fleni la vio una neuróloga, que dijo que se la puede tratar. Pero que no esperemos que sea una nena normal, porque perdió medio cerebro. Pero tiene a favor su corta edad, y que la mitad sana del cerebro se haga cargo de lo que no se hace la parte que no tiene”, dice Arias. Pero el costo es de $ 272.000 por 84 días de rehabilitación, los que, encima, tienen que ser depositados 48 horas antes de iniciar el trabajo. Igualmente, mas allá del precio, lo primero que hay que hacer antes de empezar cualquier proceso de recuperación, es recolocar el hueso del cráneo que falta. Esto podría ocurrir en breve. “Ojalá que pueda llegar a hacer muchas cosas” se esperanzan los padres sobre su hija. “Pero sabemos que no va a ser una nena normal”, señalan, no sin resaltar que “avanza bien, rápido” en su recuperación. Por lo pronto, ya pudo recomenzar a alimentarse por la boca y no por sondas, sistema con el cual estuvo por casi siete meses.
En cuanto a la situación judicial del caso, Arias detalló que “actualmente hay una demanda contra Caminos del Río Uruguay (el concesionario de las rutas que recorren la costa del río Uruguay). Primero se intentó contactar al dueño del animal, se pidieron las marcas, pero después mandaron que esas marcas no existían o no se. Ahora ya se hizo una presentación judicial para que a fin de año probablemente nos llamen, para una mediación con Caminos del Río Uruguay”. Pero la propiedad del animal sigue siendo un misterio. “Se consultó al registro de marcas (de animales) y no mandaron porque no están o por que no se…siempre aparece un pero.”, dice Mauricio. “Cuando en la zona (del accidente) preguntan quienes son los que crían búfalos, aparecen dos personas. Pero hay algo como que el búfalo era de uno de ellos, que se lo dio al otro en forma de pago, pero que el otro no le cambió la marca…hay algo muy confuso.”. La demanda contra “Caminos…” podría llegar a superar el millón de pesos.

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