Falta agua en una escuela pero brota de las paredes en otra

En la escuela Normal, la semana pasada, cuando el termómetro superó la marca de 30°, la escasez de agua se hizo sentir. Al punto tal que docentes y directivos tuvieron que adquirir agua mineral o acudir a los Bomberos para que suministren el líquido vital.
El problema radica en que el sector que se inauguró hace tres años, ubicado sobre calle 25 de mayo, amplió la capacidad de la escuela, que ahora abarca a más de 2000 alumnos, incluyendo primaria, media, polimodal y el Instituto de Enseñanza Superior.
Sobres las aulas nuevas se construyó un tanque de agua (antes la escuela solo se abastecía de agua de red) pero éste no alcanza a abastecer la demanda cuando la temperatura comienza a hacerse sentir.
“Esta es una escuela que se abre a las seis de la mañana y no cierra hasta las 11 de la noche. Hasta ahora no suspendimos las clases y nos arreglamos con soluciones provisorias”, graficó la vicerrectora, Silvana Brítez. Desde la dirección de la escuela acudieron a la Departamental de Escuelas, que se comprometió a tramitar la instalación de 2 tanques más.
Pero la promesa no podría efectivizarse antes de mayo. “El proyecto está para aprobarse pero no se va a instalar antes de dos meses. Ojalá que se pueda pero sabemos cuales son los tiempos que se manejan en el gobierno para estas cosas”, aseguró la vicerrectora.
Otros inconvenientes que padece la escuela se presentan, paradójicamente, sobre el sector nuevo. “Tenemos problemas con los baños, con los materiales. Estos se rompen con facilidad, aunque sabemos que a la mañana vienen adolescentes”, dijo Brítez, ensayando alguna explicación para las roturas prematuras de las instalaciones nuevas.

Un riesgo latente

Por el contrario, luego de un fin de semana donde llovió casi sin descanso, las autoridades de la escuela N° 71, “Independencia”, decidieron que las clases se suspendiesen debido a los riesgos generados por las filtraciones de agua en las paredes de aulas y pasillos. Las filtraciones han llegado a un extremo insólito, el líquido también circula en el interior de los caños de la instalación eléctrica.
“Las cajas de las llaves de luz chorrean agua”, indicó la secretaria de la escuela, Claudia Soto. No obstante, las instalaciones son utilizadas por docentes y directivos, las únicas personas que permanecen en estos momentos en las aulas, ya que funcionan aún estando en contacto con el agua. “En estos momentos las estamos usando”, dijo Soto.
Para evitar cualquier tipo de accidente donde se vean enredado algún alumno, las autoridades de la institución decidieron suspender las clases. “Si hoy sale el sol, calculo que las instalaciones se van a secar y mañana retomaremos las clases”, explicó la secretaria. A la escuela “Independencia” concurren 800 alumnos.
El problema no surgió luego de las intensas precipitaciones acaecidas durante sábado y domingo pasados, sino que data de, al menos, el año pasado. Desde la escuela mandaron notas a la Dirección Departamental en noviembre pasado. “El anterior director departamental de escuelas, Víctor Fassi, vino el año pasado con Hasan (Moisés, director de la zonal de Arquitectura) un día de lluvia, vió lo que pasaba y recomendó que no se dieran clases los días de lluvia”, dijo Soto.
En la “Independencia” esperaron que Arquitectura diese una solución pero terminó el ciclo, transcurrieron las vacaciones, se reiniciaron las clases y el problema brotó, literalmente, luego del primer día de lluvias fuertes.
Las notas fueron reiteradas durante los primeros días de clase. “Estamos esperando que venga Hassán esta mañana”, adelantó Soto.
“Los días de lluvia es imposible dar clases. Vos está dentro de un aula y podés ver el cielo porque faltan tejas”, añadió la secretaria. Lo que podría ser el normal desgaste de una escuela antigua es inexplicable para un edificio que no tiene más de siete años.

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