El 7 de junio, Romero había salido de terapia intensiva. Respiraba por sus propios medios y se encontraba en una sala general para continuar con la rehabilitación. A Romero se le practicó un traqueotomía; debido a ello se alimenta a través de una sonda nasogástrica. Era custodiado por personal policial y las autoridades en algún momento analizaban derivarlo a la Sala 8 del hospital Heras.
El 21 de abril pasado, un automóvil que circulaba contramano por la autopista chocó de frente contra un camión. Como consecuencia de ello falleció Agustín de 7 años. Su hermano de la misma edad, Mateo, y el padre de ambos habían sufrido gravísimas lesiones y fueron derivados a terapia intensiva. La sospecha que circuló desde un primero momento que podía tratarse de un intento de un suicidio y femicidio vinculado: cuando el padre, por venganza, asesina a sus hijos para producirle mayor dolor a la madre. Mateo salió de terapia el 24 de mayo pasado y prosigue con la rehabilitación.
La reconstrucción del hecho realizada el 28 de abril no había dejado dudas para el fiscal que tenía la causa, Darío Mautone. “Claramente había posibilidades de evadir el camión o de ir por la banquina pegado al guardarrail y pasar tranquilamente sin ningún tipo de problemas. Se sigue corroborando la teoría de la fiscalía: que es un homicidio”, dijo el ese día el fiscal.
