La invitación surgió el sábado pasado, en un debate realizado en el Auditorio del Centro Cultural de Federal, donde Rotman fue acompañado por el médico cubano José Matapeña y la arquitecta Lelia Ricalde. “El (Fabre) está invitado públicamente ante la asamblea a hacer una reunión con el equipo que participó del proceso. Que cada uno lleve su información, nosotros llevamos toda la información documentada con decretos para dejar bien claro cual era el costo total de todo”, indicó.
Todo empezó con las crisis económica de 2001. Las autoridades de Salud procuraban disminuir el costo de los medicamentos. “Se inició trabajando en cuatro hospitales: Concepción del Uruguay, en el hospital J.J. Urquiza; Concordia, en la sede actual de la Cafesg (ex-Asodeco); en Gualeguaychú, el hospital Centenario; y en Crespo”, recordó.
Los empleados de CTM donaron una comprimidora y una mezcladora para el laboratorio de Concordia. En tanto, en Uruguay se recicló una comprimidora vieja. Mientras que una ex-residente del hospital de Gualeguaychú, que actualmente reside en Europa, donó un laboratorio completo para fabricar antibióticos. “El laboratorio de Gualeguaychú tenía toda la tecnología, había una aspiradora central que evitaba que los empleados estuviesen respirando antibióticos”, explicó Prince.
Los cuatro laboratorios llegaron a producir 25 medicamentos. “Los de mayor salida”, indicó Prince. Los costos se reducían drásticamente; los genéricos costaban cinco veces menos que los mismos remedios fabricados por laboratorios privados.
Un nuevo laboratorio en Federal
“Viendo que la idea comenzaba a ponerse interesante, comenzó a pensarse en la idea de hacerse un laboratorio de genéricos para toda la provincia”, expresó. La intención del gobierno en aquel entonces era permitir la continuidad del laboratorio de antibióticos de Gualeguaychú, mientras se concentraban los demás en un solo centro donde se elaborasen 40 genéricos que abarca el 60 % de demanda del primer nivel de atención.
Dos médicos cubanos de reconocida trayectoria, Matapeña y Bernardo Martínez, comenzaron a colaborar en torno a la concreción del proyecto. El proyecto consiguió apoyo de las Naciones Unidas, consistentes en un subsidio y la licitación para la compra del equipamiento.
“Se comenzó a pensar en el lugar que podía ser. Todo el mundo peleaba para que su lugar fuera el lugar de locación de la fábrica; quería Paraná, quería Concordia. Pero había una zona que era el norte entrerriano, carente de todo tipo de desarrollo”, expuso el ex-funcionario. El lugar elegido para radicar el laboratorio fue el antiguo hospital J.J. Urquiza.
Obra inconclusa
A poco de finalizar la gestión, Salud abonó el 50 % del total del equipamiento. La obra llegó a un 80 % de desarrollo. “Terminó el gobierno, no lo pudimos inaugurar por falta de tiempo y quedó ahí, totalmente armado”, expresó. Prince sostuvo que se comprometió un subsidio para abonar el 50 %.
“El total del laboratorio, con edificio y todo, no llegaba a $ 2.000.000”, expresó. El ex-subsecretario tuvo en cuenta que Salud gastaba $ 5.000.000 por año en medicamentos. “Por supuesto que teníamos la contra de todos los laboratorios privados de la provincia”, recordó.
Entre otras ventajas, los medicamentos que iban a ser fabricados tendrían las “drogas accesorias”. Prince explicó que cualquier medicamento que se ingiera por vía oral incluye otro componente que facilita la absorción intestinal. “Por eso hay muchos medicamentos que hay que suministrarlos dos o tres veces para que pueda atravesar el intestino”, agregó.
Incluso, afirmó que el laboratorio estaba preparado para vender a otras provincias. “El cumplir con todas las normas del INAME (Instituto Nacional del Medicamento) podía comercializarlo con provincias vecinas, o hacer intercambio con otros laboratorios estatales”, sostuvo.
En el año 2004, la ex-ministra de Salud, Graciela Degani, presentó el laboratorio en el Congreso Internacional de Arquitectura Hospitalaria “como algo espectacular, como un logro”. En ese entonces, Prince recordó que Degani afirmó que en dos meses lo iba a inaugurar. “Misteriosamente, se va enfriando, se va enfriando, y hoy día, está muerto”.
El ex-funcionario expresó su temor debido a que, recientemente, se hicieron reformas a la obra. “La arquitectura fue constantemente controlada por el INAME para que se cumplan todas la garantías para que el funcionamiento sea aceptable por el ANMAT”, expresó.
Prince, además, sostuvo que Salud compra medicamentos a laboratorios no reconocidos por los hospitales. “Hace licitaciones y se compra lo más barato. Aparecen laboratorios que uno nunca lo escuchó nombrar”, sostuvo.