El costo del proyecto es de más de $ 15 millones. El Estado aportó la mitad y los productores asociados deben completar el resto a razón de cerca de $ 25.000 cada uno.
Asimismo, rememorando que la idea de una planta extractora y procesadora de jugos cítricos tiene más de 20 años dando vuelta en la cabeza de la gente de la zona, recordó también “CAFESG había hecho un proyecto allá en 2001. Y estaba la plata y todo. Después no se llevó adelante no sé por qué motivos. Pero se habían hecho las gestiones necesarias para que salga ese proyecto, que era bastante interesante, de unas 900 fojas. Hubo incluso un estudio de mercado y otras cosas”.
Si bien el número de socios actualmente no llega ni a los 300 (en la zona hay más de 1.500 productores citrícolas), Cándarle se mostró optimista respecto a un posible incremento de la cantidad de inversores, ya que “Gustavo (Cechetto, dirigente citrícola de la zona y que está en la Cooperativa de la fábrica) me ha dicho que hay gente que se ha acercado”. La fecha tope –que fue modificada infinidad de veces- para asociarse es, al menos hasta hoy, el 15 de mayo.
En tanto, los trabajos de adecuación del terreno y cerramiento del predio donde se instalará la empresa están a punto de terminarse.
Con relación a las empresas que podrían llegar a presentarse, el presidente comunal mencionó que “hay una empresa de Santa Fe, una de Buenos Aires y una de San Pablo (Brasil), entre otras. Se han hecho llegar invitaciones a tres o cuatro. Algunas ya vienen trabajando en base a este proyecto porque nosotros los hemos ido consultando en todo este tiempo”.
El proyecto de la construcción de la fabrica contempla tanto la parte edilicia como las maquinarias para su funcionamiento. “Llave en mano”, destacó Cándarle.
Todos coinciden en señalar que la fábrica no será la salvación de la citricultura, pero también advierten que debe ser comprendido claramente que es una alternativa viable y que traerá cierto alivio o respiro a algunos déficit generados cuando la producción es regular o mala. Y cuando la producción es mala, la economía regional flaquea. Y si de economía regional se trata, esto incide en todos los ámbitos de la industria o el comercio de la zona. Es por eso que el valor del emprendimiento tiene un alcance no solo económico, sino social y hasta cultural. Quizás la mejor manera de definirlo la haya tenido el Ministro de Producción de la Provincia, Roberto Schunk, cuando el proyecto recién estaba en sus albores: “hay un proyecto técnico que se deberá mejorar entre todos, y seguramente el proceso no estará libre de conflictos o desencuentros, pero por lo menos intentarán entre todos que la riqueza de aquí, se quede en la zona”.
Otro dato no menor es que si bien es cierto que el espaldarazo dado por los estados nacional y provincial a la concreción del viejo anhelo es indudable, para muchos productores, hoy es imperioso que se comience a enfocar en una ley que proteja lo que es la bebida natural. Es decir, lo que tenga jugo y no solo “sabor a jugo”. “Hoy uno está consumiendo un colorante con un conservante que encima lo diluimos de uno a seis o de uno a siete como dicen…imaginá que jugo podes estar consumiendo”, mencionó en algún momento Elvio Calgaro, actual presidente de FECIER. Vale destacar que la producción de jugos naturales viene siendo relegada desde tiempos de Domingo Cavallo, quien había favorecido a las gaseosas y jugos con mínimo contenido natural en desmedro de las bebidas con alto porcentaje de dicha materia prima. Ahora, productores y legisladores se unen para promover un retorno a la legislación previa.