Sin la presencia de autoridades representativas del gobierno provincial, los laureles pudieron quedar en manos del pequeño grupo de lugareños, que se montó en hombros una fiesta que cubrió hasta las expectativas mas optimistas.
Fue por eso que no dieron abasto los baños químicos, ni los puestos de comida, ni las vallas de seguridad dispuestas sobre el campo de juego del club local y por momento ya no había sitio donde circular fuera de la velocidad que imponía la marea de personas.
Los dolores de cabeza vinieron por parte del suministro de energía, que tuvo varios cortes en la primera noche, y también el sonido y la amplificación, que por momentos estuvo fuera del marco que presentaba la fiesta, y recién fue mejorado al finalizar la segunda noche.
A pesar de estos detalles, el locutor oficial de la 1º Fiesta del Arándano insistió en la madrugada del domingo con que la fiesta nacía bendecida, y si bien la multitud en ese momento estaba más preocupada por resguardarse de la lluvia, la convocatoria de la segunda noche le dio la razón.
En total, cerca de 30 mil personas vieron el nacimiento de una producción que también da sus primeros pasos, y que para localidades como “La Criolla” significa 0% de desocupación. Un dato para nada despreciable, si se lo compara con la realidad que golpea al resto del departamento Concordia.
En la noche del domingo y la madrugada del lunes, el plato fuerte estuvo dado por Luciano Pereyra y Los Palmeras.
En el caso de Pereyra, el joven accedió a modificar su contrato de actuación y permanecer otras 24 horas mas alojado en el hotel Ayuí, para participar de una actuación en un lugar caro para sus sentimientos familiares, ya que su padre es nacido en Concordia.
Un gesto que hizo olvidar las exigencias de un camarín pintado de rosado, las velas, la alfombra, el sahumerio, las frutas, todas las variedades de “gatorade” y comida especifica y en abundancia.
Con un show profesional y con su particular voz, Luciano Pereyra entregó lo que centenares de adolescentes fueron a buscar, canciones que suenan en todas las radios, interpretadas por una banda ajustada, con un funcionamiento de reloj suizo. Y por supuesto Luciano…
Seguidamente, el primer sacudón a cierta modorra que había quedado en el público, fue disipado por el grupo de cuarteto cordobés “Cachumba”, quien sin poses escénicas y con un inquieto vocalista (Cacho para los amigos) hizo sacudir hasta los que se querían quedar quietos.
Allí quedó en evidencia que si bien una parte del público fue a buscar la revancha de la noche anterior con Luciano Pereyra, el grueso clamaba movimiento de caderas y la cumbia santafesina de “Los Palmeras”.
Pero antes había que cumplir con la coronación de primera soberana, en un cetro que se disputaba entre 13 jovencitas de toda la región de Salto Grande y que recayó en la concordiense María Marfil, actual Reina de los Estudiantes.
Seguidamente se procedió al sorteo de un automóvil 0km., entre las entradas vendidas durante las dos noches y la suerte favoreció a una mujer de Concordia casada con un empleado municipal de La Criolla, lo que fue muy festejado, sobre todo por los ganadores y la gente del lugar.
Por último, luego de haber actuado en la Fiesta Nacional del Arroz, llegó finalmente el colectivo transportando a los integrantes de “Los Palmeras”, trayendo “Bombón asesino” para todo el mundo y un cierre con fuegos artificiales que terminó por revolucionar a la pequeña localidad rural.