Los hermanos Sergio y Antonio Cornejo
Por Federico Odorisio de la redacción de DIARIOJUNIO
En el imaginario colectivo el concepto más aceptado y compartido de “Cultura del Trabajo” es la posibilidad de tener un trabajo decente y que el mismo sea brindado con calidad. Se suele hacer hincapié en la autoconciencia de poner en la relación laboral lo mejor de uno (se trate de una empresa o de un trabajador) para que el resultado de dicha relación sea -perdón por la redundancia- el mejor.
“La Cultura del Trabajo” es también entendida como perseverancia, compromiso, responsabilidad, y el valor de la palabra. Es también la idea primitiva de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, es romper con la rueda de una generación que no vio trabajar a sus padres y abuelos, que espera la asistencia del estado para subsistir… ¿Es también el sometimiento a cualquier situación laboral indigna por el sólo hecho de tener trabajo?
El meollo es que muchas veces quienes enarbolan la bandera “debemos recuperar la cultura del trabajo” son aquellos que ven al trabajador como “un costo más”, que reniegan de las conquistas laborales más básicas; ya no de la jornada de 8 horas ni la seguridad social, el aguinaldo o las vacaciones, sino de la simple retribución justa, las condiciones dignas, el cuidado de la salud en el ámbito laboral.
Esta pomposa declaración en boca de “libertarios por la libertad de vivir y dejar morir” suele estar lejos de significar un factor de dignificación del ser humano.
“Yo soy transparente”, disparó Sebastián Etchevehere que se presentará, si todo sigue su curso según lo previsto, como candidato a gobernador por el Partido Conservador Popular (PCP), informó el medio LetraP. “No sé hacer otra cosa que decir la verdad”, aseguró.
Y agregó: “la construcción de esta política fracasada se basa en cubrir a un ideario de persona débil… un crecimiento basado en un ideario de sociedad débil que le tenés que dar siempre dádivas y planes. La chocaron. Eso no sirve. El imaginario ahora será el de una persona que tenga posibilidad de transformar nuestra sociedad. Sed de transformación, de crecimiento, de querer cambiar las cosas”.
En este punto, sobre dádivas y planes del Estado, los Etchevehere fueron condenados y multados por la justicia federal por desviar a sus bolsillos créditos por 250.000 dólares a tasa subsidiada que debían ser utilizados para la producción de soja, y que fueron destinados a ejecutar una de las principales maniobras financieras que utilizaron para vaciar El Diario de Paraná, causa por la que están procesados.
Quien pretende ser el candidato a gobernador por el partido de Javier Milei también trató de explicar en el programa TareaFina de Radio Ciudadana de Concordia su idea de gobierno: “…Y vos tenés que regenerar la cultura del trabajo. Pero lo primero que hiciste es estigmatizar a los empresarios porque no cumplen tal y tal cosa. Lo que hace pensar: ‘chau, yo me voy’. No te digo que no hay que cumplir las normas. Las normas se tienen que cumplir, pero el objetivo no puede ser ‘vamos a ver cuánto más le sacamos al que más puede dar’”.
Los comerciantes o prestadores de servicio, según Sebastián Etchevehere, prefieren “cortarse una mano” antes que contratar un ayudante. Prefieren “cerrar en época de vacaciones antes que buscar reemplazantes”.
Sebastián Etchevehere, al igual que sus hermanos, fue investigado por el supuesto delito de “Reducción a la Servidumbre”, por explotar durante 38 años a dos peones rurales, los hermanos Sergio y Antonio Cornejo, en la estancia “La Hoyita”, un campo de 2280 hectáreas destinadas a la agricultura y la ganadería. Los hermanos Cornejo llegaron en 1976, tras el golpe de Estado cívico-militar. Empezaron con changas, junto a su padre, y después pasaron por todos los oficios: limpiar las malezas, cortar leña, alambrar, sembrar. Nunca recibieron un recibo de sueldo. Luego de la denuncia penal del Renatea, los Cornejo contaron que les “ofrecieron” dinero a cambio de que declarasen que no trabajaron en La Hoyita. Durante los últimos tres años, los hermanos vivieron en una casilla de cuatro por cuatro, sin luz, agua, ni baño. Sólo cobraban 450 pesos cada uno (2014).
“–¿Tenían trato con Arturo Sebastián Etchevehere?
–Sí, Sebastián es administrador de acá, cuando no venía ella venía él. (“Ella” era Leonor, madre de Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego Etchevehere)”
Según informó el periodista Sebastián Premici en Página 12: “Luis Miguel Etchevehere, Sebastián Etchevehere (ex directivo de Adepa) y Juan Diego Etchevehere, responsable del Enacom Entre Ríos, hicieron con los Cornejo lo que quisieron. Los explotaron por años y cuando el caso saltó a la luz, los llevaron a un pueblo cercano y les hicieron firmar una serie de documentos para intentar quitarle responsabilidad al Grupo Económico, les dieron 20.000 pesos a cada uno y un helado. Pero los Cornejo se animaron a dar su testimonial ante la justicia. Declararon ante los abogados de la Sociedad Rural (porque Etchevehere ha utilizado en sus causas personales hasta los letrados de la entidad), se expusieron, narraron su verdad. Pero todo resultó en vano. El poder de “patrón de estancia” de los Etchevehere fue más fuerte. Ni el fiscal Samuel Rojkin ni la fiscal que lo sucedió investigaron el caso. Etchevehere se salió con la suya.”
“–¿Qué ocurrió el domingo 15 de junio?
–Estaba muy enojada (por Leonor). Vino acá de noche, nos pidió que no dijéramos nada, que no trabajábamos acá. Vino con Juan Diego y Sebastián (Etchevehere) y nos dijo que, si no decíamos nada, nos iba a dar esta casa y 2000 pesos a cada uno. “Ustedes digan que no trabajan acá”, decía. Maldonado (el actual capataz, casado con una sobrina de los Cornejo) también tenía que decir que no trabajamos acá. Pero es mentira: 38 años, el 14 (de junio) hizo 38 años.
–¿Antes de eso los había llevado a otro lugar?
–A Marcial. Nos hicieron firmar cosas y nos dieron 10.000 pesos a cada uno.
–¿Qué firmaron?
–No sé, dos o tres papeles, firmamos con el dedo y nos dieron la plata. Después nos llevaron a tomar un helado.
–¿Quiénes estaban?
–Leonor y Sebastián, más un contador y una mujer de otra oficina. No sé por qué nos dieron eso a cada uno, quizá pensaron que estaba todo arreglado.
La alusión a las fechas y el tiempo transcurrido no es algo anecdótico. En junio de 1947 fue promulgado el estatuto del peón rural, instaurando una serie de derechos para los trabajadores del campo. Esos derechos fueron abolidos con el golpe de Estado cívico-militar de 1976, el mismo año en que los Cornejo ingresaron a trabajar a La Hoyita. Tuvieron que pasar 38 años para que los dos hermanos fueran considerados sujetos de derecho.”
Recuperar “La Cultura del Trabajo” se pretende así una manera elegante de recuperar el trabajo sumiso, barato y en condiciones precarias. Una proclama que en boca de “conservadores libertarios” se desfigura en una imagen de “agachar la cabeza y doblar el lomo con tal que te tiren un hueso”.
El concepto de la “Cultura del Trabajo” -bien entendido, supongo- refiere a una construcción colectiva que requiere el compromiso de los involucrados para que las condiciones del trabajo no vuelvan a ser como las de antaño, sin derechos ni obligaciones de las partes… de todas las partes, y no solo en los dichos, también en los hechos.
https://www.elcivismo.com.ar/notas/17424/
https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-249182-2014-06-23.html
https://www.pagina12.com.ar/302979-los-etchevehere-el-modelo-ejemplar-de-apropiacion-privada
https://paginajudicial.com/2020/11/09/la-trama-del-trabajo-esclavo-en-el-campo-de-los-etchevehere/
https://www.pagina12.com.ar/72969-causas-de-trabajo-esclavo-y-evasion
https://tareafinanoticias.com/un-etchevehere-quiere-ser-candidato-de-milei-en-entre-rios/
