«Primero, la desinformación», empezó el sumo pontífice. «Decí todo, no podés desinformar», afirmó el jefe de la Santa Sede, condenando el carácter selectivo de los medios, cuando sólo ilustran sobre «lo que les conviene», mientras «se callan lo otro».
«Segundo, la calumnia», dijo Francisco, advirtiendo que las cosas «inventadas» pueden destruir a una persona inocente.
«Tercero, la difamación, que no es calumnia», precisó. «Es como traerle a una persona un pensamiento que tuvo en otra época y que ya cambió. Es como si a un adulto te trajeran los pañales sucios de cuando eras chiquito», puso como ejemplo el papa.
Para el cuarto pecado, Francisco usó la palabra técnica coprofilia, y detalló que significa «el amor a la caca, el amor a la porquería», en referencia a los periodistas que «buscan ensuciar, buscan el escándalo por el escándalo» instigados por su «amor a lo sucio, a lo feo».
«Hay que tener cuidado para que la comunicación no cambie la esencia de la realidad», dijo Francisco. En este sentido, recalcó que un medio de comunicación debe estar atento para no caer en estos pecados, porque «su valor es expresar la verdad».
A una pregunta sobre qué otro valor asigna a la comunicación, el jefe del Vaticano dijo que, actualmente, los medios, entre otras funciones, «tienen una gran responsabilidad didáctica», es decir, «enseñar honestidad a la gente […] enseñar a la convivencia».