En diálogo con DIARIOJUNIO, María Estela Solaga, dijo que; “con respecto al juicio es un paso logrado después de muchos años de lucha, 35 años de no bajar los brazos, de a veces pensar que nunca iba a llegar pero igual uno seguía” no obstante, y sin menospreciar el cambio significativo entre una Argentina y la otra, Solaga señala que “En el juicio, faltan… está Dasso solamente y no es Dasso solo; el ha dado las ordenes, ha recibido ordenes y a dado ordenes, pero lo ejecutores ¿Dónde están?, esas tres personas que lo vinieron a buscar a mi hermano ¿Dónde están? ¿Quiénes son? Los que seguramente lo torturaron, ¿Quiénes son? los que apretaron el gatillo… esos no están”
Asimismo, Estela apuntó que la sensación que le genera el proceso judicial de la desaparición de su hermano, es la de una justicia incompleta, y explica: “Casi todos los juicios están incompletos, es algo que se repite en todos, por supuesto que es una situación reparadora, porque a uno lo trataban de mentiroso, por poco se había secuestrado el solo, y ahora uno tiene la tranquilidad y el reconocimiento de que los hechos existieron como los reconoció en el juicio el juez militar, de que Julio Solaga efectivamente fue secuestrado; lamentablemente no se sabe por quien”
REIR PARA NO LLORAR
Haciendo un poco de catarsis, de una madeja de sentimientos desencontrados, entre la reparación histórica de la figura de su hermano, pero a la vez la sensación de impotencia de saber que los que quedan impunes son la mayoría de los que tuvieron que ver con el secuestro, tortura y desaparición de Julio, María Estela contó a este diario que a lo largo del debate; “hubo cosas que a mi me movieron a la risa para no llorar, que fueron las declaraciones de Echeverría, que cuando le preguntaron en que consistía la tarea de Inteligencia dijo que hacía meteorología”
Sin más, Estela recordó que: “La inteligencia fue la columna vertebral del proceso, era una organización espantosa, y tenían el poder de la vida y de la muerte de las personas”
Al ser consultada respecto de porqué creía que había tantos nombres que no se sabían, Solaga dijo que; “hay indudablemente un pacto de silencio; no hablan, y al no hablar… y también el tiempo a transcurrido, ya muchos han muerto, eso atenta contra los resultados; la cara visible es Dasso y todo apunta a él”
En la misma línea, la entrevistada señaló que; “a mi alguien me dijo, que se habían organizado mal estos juicios, que se hubiera, posiblemente, llegar [sic] a un pacto porque nadie habla; me han dicho que políticamente se hubiera podido encarar de potra forma, de romper el pacto de silencio que había entre ellos haciendo concesiones” y aclaró: “yo eso no lo acepto, yo con los militares ninguna concesión, yo prefiero esto, así nunca sepa que pasó con mi hermano, si lo tiraron de un avión, si lo quemaron, si lo enterraron, pero que haya castigo, porque lo que pasó en Sudáfrica es espantoso, estar escuchando las torturas y los asesinatos y morderse los labios y clavarse las uñas sin poder hacer nada, no, yo prefiero esto; que se reconozca lo que se hizo, porque ahora nadie puede negar lo que ocurrió, y esa es una de las funciones reparadoras del juicio”
Asimismo, Estela contó que; “uno lo vivió y cuando lo contaba la gente no te creía, e incluso ese dicho que por algo habrá sido, y sí, lógico, eran personas que militaban, eran personas que molestaban para el proceso económico que se venía, por eso fue, ellos molestaban, era imposible hacer el proceso económico que se venía con ellos con vida, entonces había que eliminarlos, lo reconoció Videla hace poco”
Pero Estela, reconoce que hoy “se ha recobrado la memoria, la verdad, y ahora falta la justicia, y esa justicia será incompleta. O sea hay un imputado sí, seguramente será condenado, pero no se si yo voy a encontrar los restos de mi hermano; si fue enterrado posiblemente los antropólogos lo encuentre, a lo mejor; pero es muy difícil porque la crueldad ha llegado a puntos muy terribles; nos contaba “queca”, días atrás, que una familia de la provincia de Buenos Aires, exhumó el cuerpito de un chico fallecido hace 30 años, y cuando sacaron el ataúd, vieron algo raro abajo, siguieron escarbando y era un esqueleto, se estudió el esqueleto y era un desaparecido de Gualeguaychú; y en un cementerio declararon que los hacían abrir las tumbas, y a la noche venían, sacaban el ataúd, ponían cinco o seis cadáveres y arriba el ataúd legal y tapaban. Entonces, si alguien no cuenta eso, como ocurrió en ese cementerio, no te enterás nunca, pero hasta qué punto llegó la crueldad; en vida y después de la muerte”
EL RESURGIR DE ESA MILITANCIA
“Hoy hay una militancia joven, principalmente encabezada por HIJOS, que a retomado esa lucha, indudablemente ellos no podían aceptar lo que le hicieron a sus padres y no podían aceptar lo que quisieron imponerle, de que sus padres los habían abandonado, no, los padres pensaron en un mundo mejor para ellos y para otros y dieron su vida por ellos y por otros, no los abandonaron” concluyó.