Estado de las escuelas en Concordia ‘Hay realidades que son incontrastables’

El dirigente gremial enumeró al respecto algunos casos en Concordia como el secundario de la Escuela Nº 25 General San Martín: “Los chicos siguen esperando un edifico propio y confiando en la promesa de la construcción, mientras que en el primario que es a donde concurren todos, sólo hubieron  leves mejorías”, detalló.  Lo mismo con la escuela Secundaria N° 35 “Cabo primero Jorge Sendrós” que “nunca tuvo edificio propio y trabajan de forma hacinada en el edifico de la 71, que sí está avanzando y todo indicaría que podrá terminarse en el 2020”. Otro caso es la escuela “Mariano Moreno” N °44,  “donde es un poco más compleja la cuestión porque hay que tomar una decisión respecto a si se va a construir, trasladar o qué van a hacer”

En el mismo contexto, Niz aclaró que efectivamente hay edificios que se fueron entregados como el de la Escuela Secundaria Nº 36 » Juana Paula Manso», que “se hizo de forma muy acelerada para nuestro gusto” y otro que está a punto de terminarse es el de la Escuela Nº 47 Justa Gayoso, de Benito Legerén. “Si bien se han entregado algunas obras, nosotros no podemos dejar de mirar la realidad de lo que son las escuelas de Concordia”, advirtió el secretario gremial. “La ‘San Martín y la ‘Sendros’ hace casi 20 años que funcionan en un edificio prestado y esa es la realidad de la que hablamos, porque a pesar de tanta lucha ellos siguen de prestado y conviviendo con la primaria”, explicó. “Solamente hay que sacar la cuenta de cuántas promociones pasaron en 20 años y que claramente no tuvieron una educación de calidad. Hay realidades que son incontrastables”, remató

Finalmente, el secretario gremial de Agmer Concordia, mencionó una “clara falta de mantenimiento en general de todos los edificios escolares” y sólo se detuvo en tres ejemplo: Escuela Nº 69 Malvinas Argentinas con un “grave problema de agua que fue solucionado por la voluntad de los padres”, la Escuela N° 74 J.J. Valle y la secundaria de Osvaldo Magnasco donde había un enorme pastizal que además, era peligroso. “Hicimos todos los reclamos a la departamental de escuelas y la directora, Griselda Di Lello, tomaba apuntes y decía que iba a solucionar todo. Nunca hizo nada y fueron los papás quienes se encargaron de cortar y mantener el pasto”, concluyó.

Entradas relacionadas