
INTERNA EN PROVINCIA DE BS.AS. CAPITANEADA POR MAXIMO KIRCHNER
El PJ eligió la conducción de los consejos distritales y congresales provinciales en Tres de Febrero, Mar del Plata, San Miguel, San Isidro, Ramallo, Magdalena, Ayacucho, Chascomús, La Costa, Lobería y Necochea.
Pese a la campaña desaforada en su contra y del espacio que conduce, Máximo Kirchner logró listas de unidad en más de 120 distritos de la provincia más populosa del país y, allí donde se animaron a enfrentarlo perdieron. El ejemplo más claro fue Mar del Plata. No es aparato, es militancia. El aparato estatal jugó en la vereda de enfrente y así le fue.
La proeza de Cristina, Máximo y La Campora en esa provincia para sacarse de encima a lo peor del pejotismo, se desconoce a fuerza de ninguneo y odio, pero representa uno de los aportes a la política y a la democracia más sustantivos en materia de organización. ¿ Quien no recuerda a los barones del conurbano? Por caso, Manuel Quindimil en Lanús; Hugo Curto Tres de Febrero; Jesús Cariglino ; Alberto Descalzo; Raúl Othacehé, Julio Pereyra, Mario Ishii, Mariano West, o sea, lo peorcito que mostró la política durante años. Toda esa banda ya fue y lo fue gracias a la nueva militancia camporista nacida en tiempos de Néstor y Cristina.
Eran intocables, hasta que la militancia política los desbancó. Los 5 Kilometros de militantes que La Campora mostró en la marcha del 24, no hace más que ratificar ese poderío. No son los únicos, Caló de la UOM que omitía el desastre macrista y se negaba a hacerle huelga, perdió la conducción a manos de un kirchnerista.

Y EN ENTRE RÍOS…¿ HABRÁ ALGUIEN QUE SE ANIME A ZAMARREAR AL PEJOTISMO?
El verso con el que machacan aquí para que todo siga igual, es que en Entre Ríos nadie la quiere a Cristina. ¿Quién no la quiere a Cristina? Los chorros los oportunistas, los que no se quieren levantar del sillón, los cómodos, los ñoquis, los que temen enfrentar a los poderosos, quizá esos no la quieren. Los que necesitan de los cambios para que la situación mejore, saben que hasta ahora y desde la recuperación de la democracia, nunca estuvo tan bien como cuando gobernaron Néstor y Cristina.
El más alto de todos los PBI, el desendeudamiento, el trabajo, los ingresos de los trabajadores, menos de la mitad de la inflación que tenemos hoy. En fin, la fisonomía de Concordia y Entre Ríos comenzó a cambiar con ellos en el poder.
Digan lo que quieran decir, fue así. “Con Cristina dormíamos calentitos en invierno y fresquitos en verano”, graficó un trabajador. La contracara fue el radical y funcionario macrista González Fraga que espetó : “Le hicieron creer al empleado medio que podía comprarse plasmas y viajar al exterior«. Cristina hizo creer esto al pueblo, intentó empoderarlo. Allí comenzó el odio, cuando quiso igualar para arriba.

En Entre Ríos, los actores políticos que podrían lograr una forma diferente de hacer política y que representen lo que fue el gobierno K de Néstor y CFK, están invisibilizados o estigmatizados. Borrarlos del mapa político, esa es la idea.
Por caso el diputado Julio Solanas, uno de los pocos que en pleno gobierno macrista y ante esa fenomenal andanada contra Cristina, supo defender esas conquistas y sostener las banderas de ese gobierno popular. El mismo que días pasados dijo en el recinto de la Cámara de Diputados que debemos acabar con “una justicia para ricos y otra para pobres” a propósito de la violencia de género.
La Campora en esta provincia tiene una enorme deuda social con la construcción de un espacio que sea capaz de representar ese proyecto. No alcanza con votar contra el acuerdo del FMI, deberían abandonar la rosca y aportar formando cuadros que sean capaces de enfrentar ese discurso vacío de Frigerio y Cia, lleno de frases hechas, lugares comunes y un supuesto futuro de esperanzas que nunca llegará.
Días pasados, el impostor dijo en una nota radial que no puede ser que la luz sea tan cara en Entre Ríos, que esa situación retrasa nuestro crecimiento. Más cínico imposible, olvidó que cuando fueron gobierno aumentaron la tarifa eléctrica más de un mil por ciento e hicieron añicos la posibilidad de desarrollo regional desfinanciando CAFESG y el adiós a la obra pública. En fin, impostor con todas las letras.
En la provincia hay actores que podrían jugar un papel importante en la construcción de algo que se diferencie de este zzzzueño desabrido pero peligroso que ya lleva 6 largos años.
Martín Piaggio, uno de los intendentes que más se ha destacado, es un ejemplo en la lucha ambiental y no teme definirse como kirchnerista ; Enrique Cresto estaría en condiciones, si se lo propusiera, de ser un referente alejado del pejotismo ; Urribarri, a quien enjuician NO por corrupto sino por Kirchnerista ; el exdiputado Jorge Barreto que, al igual que Solanas puso el cuerpo en la peor parte de la historia reciente. En fin, lo que se observa de afuera es que, o se hace algo o la situación ira de mal en peor, para ese sector.
Unidad Ciudadana fue un intento de unificar en trazos gruesos esta propuesta, pero ya no está y llama la atención que nadie se haga cargo de reflotarla. Basta recordar que si no se hubiese armado esa instancia organizativa el espacio K carecería de representación en Entre Ríos, la tiene gracias a ese armado.
Todo para ganar, nada para perder. Es el horizonte para aquellos que se sienten desahuciados.