En Concordia hay muchas escuelas públicas de gestión privada donde el funcionamiento, a pesar de ser financiada por dineros que provienen de las arcas del Estado, “es netamente privado”. “La crítica nuestra es, en primer lugar, que el Estado tienen que tener una fuerte presencia de regulación en estas escuelas regulando el acceso y la cuota que cobran”, expresó.
En segundo lugar, sostuvo que el Estado “tiene que exigir el sistema de concursos”. En cambio, hoy la designación de los docentes es “a dedo”. “Si el docente cae bien da con los parámetros que la escuela exige, la escuela lo toma. No así en una escuela pública donde hay un orden de méritos y se accede a los cargos por concursos”, expresó Stegbañer.
La semana pasada, la titular del CGE, Graciela Bar, expresó a DIARIOJUNIO que del presupuesto total del rubro Educación ara 2009 ($ 1.778.000.000), se destinará el 22 % ($ 354.000.000) a las escuelas privadas, la gran mayoría de las cuales son confesionales. En Concordia, todas las escuelas confesionales (22) reciben aportes estatales mientras que sólo cinco de las 17 laicas también reciben una contribución mínima.
En referencia puntual a los Colegios “San José Adoratrices”, Capuchinos, Mitre y el Bachillerato “Monseñor R. Rösch”, Stegbañer señaló que “cobran altas cuotas y en función de eso hay un límite para el resto de quien elige ir”. En cambio, las escuelas “Santa Lucía”, “Jesús Nazareno” y “Nuestra Señor de Itatí” “son escuelas con el mismo rango, con los mismos fondos para pagar sus docentes pero cobran una cuota más accesible”, expresó.
“Lo que nosotros estamos diciendo es que el Estado regule el monto de la cuota. Si en estas escuela céntricas se cobraría una cuota de menor valor tendría accesibilidad parte de la sociedad que elija esa orientación católica”, explicó el secretario general.
Además dejó en claro que el gremio apeló a la vía judicial para impedir que los docentes que tienen un cargo en un establecimiento de gestión privada puedan simultáneamente desempeñarse en un cargo similar en una escuela pública. “Eso fue una pérdida para los docentes de una escuela pública que no pueden acceder a dos cargos. Estamos en desventaja tanto en el sistema de concursos como en el de doble cargo”, afirmó.
Para Agmer, que los docentes tengan un solo cargo “bien pago” es “una bandera de lucha”. “Hay estudios que deducen que el docente rinde bien con un sólo cargo: es decir medio día de trabajo. Aquellos que tienen doble cargo cuando llegan a su etapa de finalización de la carrera están muy complejizados con sus enfermedades”, expresó.
Stegbañer aseguró que las posturas mencionadas precedentemente. “Siempre hemos actuado y dejado bien claro en el Consejo General (de Educación) nuestras posturas. Acá lo que hay que retomar la discusión es que esos 350 millones de pesos que van como subsidios a las escuela públicas de gestión privada son fondos públicos por lo tanto debe controlarse la accesibilidad de los chicos a esas escuelas regulando el monto de las cuotas para todas iguales”, argumentó.
Si bien contempló el argumento “más fuerte” de los establecimientos de gestión privada consiste en que probablemente no habría lugar en las escuelas públicas para albergar a los estudiantes de las escuelas confesionales si éstas últimas no existieran, Stegbañer mencionó que el Estado también debe hacer valer su condición en sostenedor financiero. Abonan los salarios de los docentes “con fondos de todos”, recalcó.