La contraprueba fue extraída a las 8:15, enviada al laboratorio de Obras Sanitarias y los resultados estarán mañana, a la misma hora. La Dirección Departamental de Escuelas envió este fin de semana a una persona que se encargó de limpiar el tanque -la última vez que se limpió fue en febrero-, las cañerías y la cisterna, que se encuentra bajo tierra.
Galeano dijo que la cisterna y el sistema de compuertas nunca se limpiaron desde que la escuela comenzó a funcionar. Lo habitual era que los bomberos se ocuparan de higienizar el tanque con una manguera a presión, pero sólo alcanzaba a limpiar el tanque superior porque no tenían herramientas para desarmar las compuertas.
La muestra extraída arrojó la presencia de coliformes. Según precisaron quienes realizaron el análisis, en un organismo humano bien alimentado y con defensas adecuadas, sólo puede provocar diarreas o cólicos. Pero la gran mayoría de los alumnos de la escuela tienen bajo peso porque no están bien nutridos. “No es lo mismo que tome el agua un chico que esté bien alimentado a que tenga dos o tres días de diarrea”, indicó Galeano.
El agua no sólo era bebida por los alumnos sino también por docentes, directivos y el personal de limpieza. En el establecimiento escolar, nunca se había efectuado un análisis del agua. Las docentes comenzaron a desconfiar de la calidad del agua por el color y el sabor. “A la mañana, cuando se abría la canilla, salía muy marrón”, dijo Galeano, quien agregó que el agua “tenía un gustito que no era agradable”.
En los análisis del líquido no encontraron restos de animales pero abundante sedimentación. “El barro, con el tiempo, se vuelve caldo de cultivo”, explicó la secretaria. La recomendación de los especialistas es que en julio de 2008 se realice una nueva limpieza de tanques, cisterna y cañerías, y posteriormente repetir el procedimiento en febrero, al comienzo del ciclo escolar. Luego de los meses de receso, porque el líquido está estacionado por mucho tiempo, y no en constante movimiento, como cuando funciona la escuela.