Escuela Nº 34: reunión de ex-alumos para recordar y reclamar un nuevo edificio

“La escuela pública nos ha permitido a muchos ser lo que somos hoy y estamos orgulloso de ello; encontrarnos con otras docentes y ver que ellos nunca se olvidaron es maravilloso”, dijo Rivero. “La escuelita puede estar fea pero la riqueza humana sigue estando y acá lo corrobora las experiencias y las anécdotas de la gente que hoy se han venido con sus hijos y con sus nietos”, agregó.
El 60 % del personal de la escuela fueron de la misma institución. “Hemos sido alumnas; hemos pasado por las aulas; hemos sido parte de la familia de esta escuela y con el transcurrir del año hemos tenido distintas ideas y le hemos dado forma a un proyecto que tiene que ver con revitalizar el patrimonio histórico de la escuela”, señaló.

El nuevo edificio

“Estamos esperando que nos hagan llegar los planos de los últimos expedientes y también los números de la resolución que establece que está dentro del plan de la escuela”, señaló Rivero. El objetivo que se trazaron en la reunión del viernes pasado fue aunar fuerzas. “Para cuando comience el ciclo lectivo, llegue alguna respuesta porque las autoridades educativas, algunas han cambiado pero otras no y es importante para seguir el tema”, agregó.
La delegada reafirmó que los reclamos al Estado no van a cesar de parte de la comunidad educativa. “Nosotros vamos a continuar con esto hasta que tengamos la escuela en condiciones”, expresó.
El 2 de octubre pasado, la comunidad educativa elevó un petitorio con 600 firmas que ingresó el 2 de octubre a la Casa de Gobierno. Uno de los problemas que afrontan es la falta de espacio en el terreno que ocupan. En consecuencia, traslucieron su interés en un terreno que pertenece a la Prefectura Naval, ubicado a dos cuadras, en Av. Castro y Gendarme Ituarte. Antes había allí un barrio habitado por efectivos de Prefectura pero fue desmontado y quedó un baldío.
Las docentes bautizaron a la “Esteban Echeverría” como la “escuelita de lata”. Hace 33 años la construyeron con paredes de aluminio con telgopor y techos de chapas. “Las paredes están prácticamente vencidas; las chapas no se pueden ni tocar. Subieron a arreglar las goteras y ahora se llueve más que antes porque al pisar las chapas evidentemente se abrieron”, indicó la delegada.

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