Según explicaron los docentes de la escuela J.J Valle, el terreno está cediendo debido a la existencia de un bañado en una zona aledaña. Además, según acotó una vecina durante la asamblea, “el relleno del terreno se realizó en tres días”. Por este motivo, el establecimiento en su totalidad, exceptuando el comedor, esta literalmente hundiéndose. Basta con observar las grietas que presentan casi la totalidad de los dinteles, los zócalos notoriamente inclinados y separados del piso, unos muros exteriores que se han desprendido, así como también un “porche” posterior de las escuela que también se había desprendido y que, por precaución, ya se demolió.
Además de estas gruesas falencias estructurales, el colegio es presa del vandalismo. Así es que casi la totalidad de sus vidrios están rotos, las persianas de aluminio hace mucho tiempo ya fueron extraídas y sufren robos de toda índole habitualmente.
Ante este panorama, los maestros están evaluando la posibilidad de presentar un recurso de amparo para que no se inicien las clases, ya que especulan con que desde el gobierno se presionará a partir del lunes para que comiencen el ciclo lectivo, a pesar de los serios riesgos.