Galarza aseguró que fueron incesantes las veces que intentó encontrar una solución con los funcionarios de Medio Ambiente. “Nunca tuve una respuesta”, señaló. Asimismo, envió una nota al intendente Gustavo Bordet que no fue respondida, una carta documento que corrió la misma suerte al igual que una copia destinada al Concejo Deliberante.
El titular de la concesión explicó que la operación de la planta no es rentable. En números redondos, con lo obtenido de la venta de materiales reciclados solo puede pagar el 20 % de los costos fijos mientras que el 80 % restante lo ponía de su propio bolsillo. Y explicó sus urgencias para dejar de operar lo antes posible. “Si alguien entiende sobre un negocio que te está dando pérdida, mientras más tiempo tardás más es la pérdida”, señaló.
La razón del fracaso del negocio es sencilla. “Lo que tiene que llegar al lugar no llega”, señaló en referencia a los residuos que tiene cierto valor. Los mismos empleados municipales encargados de la recolección separan los elementos y los comercializan. “Seleccionan el material que les sirve y venden”, explicó.
La cuestión se la planteó al jefe del servicio de recolección. “La respuesta fue que: ‘y bueno, es algo que viene desde hace tiempo. Es una extra que tienen los muchachos’”, dijo Galarza. “Yo entiendo que una ‘extra’ es fuera de tu trabajo y no sacando algo de lo que tenés que llevar a un lugar específico”, señaló.
Además, algunos camiones recolectores pasaban de largo ante la planta (está ubicada a la entrada al Campo). Incluso, hay empleados municipales que estaban en la planta para controlar el arribo de los camiones pero veían que pasaban los de largo sin inmutarse. “Nunca colaboraron”, remarcó Galarza.
Desde la subsecretaría de Medio Ambiente se señaló que la extracción del material reciclable la realizaban los “carreros” o “cirujas” que circulan diariamente en la ciudad. Galarza admitió que “te sacan mucho material”. “Es más, los camiones que procesamos, en su mayoría, son de los municipios de segunda (categoría) porque vienen sin ‘cirujear’. Ahí se sacaba un poco más de material”, indicó.
Pero aseguró que también hay otras causas como la promesa incumplida de realizar una campaña para separar los residuos en origen (domicilio). “No se hizo nunca”, indicó. Y si bien anunciaron que de ahora en más comenzarán con la campaña, para Galarza es demasiado tarde.
El concesionario admitió que le ofrecieron dinero para seguir operando pero el monto “no es acorde a lo que se necesita”. “Con ese dinero alcanzo a pagar un seguro, la luz y cuatro empleados y yo estoy hablando de que había hasta 35 familias trabajando ahí”, manifestó. De todas formas, recalcó que nunca pidió dinero. “Sólo que se hagan bien las cosas: que llegue lo que tiene que llegar”, dijo.
La problemática de fondo es la situación del basural a futuro. “Debe tener 10 entradas. Entra cualquiera y tira cualquier cosa; vive gente durante la semana; acampan, hay niños, hay bebés. Pasan un montón de cosas que la población no sabe”, señaló Galarza. Y descartó que pueda surgir otro privado interesado en invertir.
Por otra parte, aseguró que la planta no está preparada para que los residuos orgánicos e inorgánicos lleguen en forma mezclada. “Si vendría separada en origen, ahí vendría más volumen y el municipio se ahorraría dinero porque los recolectores no tendrían que pasar todos los días por las casas”, señaló.
Incluso, señaló que por diversas cuestiones, las empresas grandes de la ciudad no envían sus materiales de descarte al Campo del Abasto. Material que podría serviría para balancear el déficit de las cuentas. En cambio, por diferentes razones, la basura termina en otros lugares.