Y con esas y algunas otras consignas organizan las mencionadas protestas en oposición al tratamiento y aprobación en el Congreso Nacional de una nueva Ley de Protección Animal. Y es bueno decir que los proteccionistas tampoco estamos conformes del todo con el Dictamen de las Comisiones aconsejando el Proyecto de Ley a ser debatido y que desvela a los interesados en que las Jineteadas no sean interrumpidas.
Y precisamente no nos conforma porque el ser que sufre el maltrato, el amado caballo, queda bastante desprotegido si a este Dictamen no se le hacen algunas correcciones.
El Art. 8 de la 14.346 considera actos de crueldad: “Realizar actos públicos o privados de riñas de animales, corridas de toros, novilladas y parodias en que se mate, hiera u hostilice a los animales”.
Y la que está en tratamiento y por la que protestan los que comercian con las Jineteadas dice exactamente lo mismo, así que señores si les preocupa que la nueva Ley considere un delito esa actividad, al delito ya lo estarían cometiendo, en una Jineteada se hostiliza, hiere y hasta se mata a un caballo, ese mismo caballo con el que se hizo la Patria, que transportó miles de personas tirando carros, mateos, diligencias, tiró de arados, arrastró postes de desmontes y aún lo sigue haciendo, todas tareas que se han ido reemplazando mecánicamente gracias a la tecnología. Acompañan valiosamente en Equinoterapia, son aliados inestimables en muchas tareas del hombre de campo, en todos los órdenes “La Patria se hizo a caballo”, en la paz y en la guerra, siempre presente el noble equino, ¿No es tiempo de reconocer y agradecer todos los sacrificios a los que estuvo obligado? Es inentendible y más aún, inaceptable justificar con palabras como Tradición, Cultura o costumbres lo que es simplemente maltrato.
He estado en Jineteadas, y sido testigo de actitudes violentas con los animales, y no solo caballos, porque en el afán de dar “más atractivo” al espectáculo algunos proponen y llevan a cabo monta de vacunos (¿), vi personas que los pateaban, o pincharlos con picanas eléctricas para obligar a los animales a bajar de las jaulas donde habían estado esperando por largo tiempo y no precisamente en la sombra, vi las heridas sangrantes en los flancos, y lo registré en fotos y videos que fueron presentados en Tribunales como corresponde, no pierdo la esperanza de ver el día que alguna autoridad entienda que el Art. 8 de la Ley 14.346 es perfectamente aplicable en las Jineteadas.
Por último, hago una reflexión sobre dos palabras siempre presente en estos casos, amor y maltrato.
El amor es un sentimiento de afecto universal que se tiene hacia una persona, animal o cosa, el amor verdadero viene de la mano del cariño incondicional, el maltrato es un comportamiento violento que causa daño físico o moral.
Cuando escuche o vea una invitación a participar de una Jineteada piense cuál de las dos palabras tiene mayor cercanía con el trato que se da al caballo en esas “fiestas”.
Y como corolario medite lo dicho por Albert Schweitzer, premio Nobel de la Paz 1952. "Cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier ser viviente está en peligro de menospreciar también la vida humana",
