Entre la pedagogía de la pregunta y la disciplina

La sociedad actual, se encuentra en medio de una gran tensión entre la pedagogía de la pregunta y la pedagogía de la disciplina.

 Sin pretensiones de desarrollos pedagógicos elaborados y desde lo que cualquier padre o madre puede vivenciar, analizar esta tensión es significativa a la hora de educar a los niños, niñas y adolescentes.

 Haciendo un recorrido breve sobre la enseñanza, se puede decir que el capitalismo desarrolló una pedagogía de la disciplina, (como le llamó Michel Foucault), para poder imponer sus necesidades de consumo y producción ilimitados, funcional al sistema económico que pregonaban. En reacción a esto, surgen en el siglo XX pedagogos de la liberación, como Paulo Freire, que proponen desarrollar la pedagogía de la pregunta. Las preguntas ayudan a iniciar procesos interactivos de aprendizajes y solución de problemas, lo mismo que mantenerlos hasta cuando se logran los objetivos y se planteen nuevos problemas y nuevas situaciones de aprendizaje[1]

La propuesta y el desafío es que se cuestionen ¿por qué es importante desarrollar la pedagogía de la pregunta? ¿Qué diferencias y beneficios tiene para la personita que está creciendo, incorporar la pregunta cómo parte de su subjetividad? Y ¿Cómo se enseña a preguntar?

Por una parte, es importante desarrollar la pregunta por un enorme universo de aspectos que hacen al desarrollo cognitivo, emocional y hasta físico. La inteligencia que se impulsa desde la pregunta constituirá una matriz de pensamiento divergente, esto quiere decir que podrá dar diferentes respuestas a un mismo interrogante, a un mismo problema.

En relación al desarrollo cognitivo implica, necesariamente, un proceso creativo, el camino hacia la búsqueda de alternativas. En el mundo del trabajo de hoy, esta es una habilidad sumamente valorada por los y las empleadores.

 En lo que se refiere a lo emocional, cuando se es capaz de pensar desde distintos puntos de vista, se estresa menos el sistema nervioso, pues permite tomar diversos caminos para arribar a una satisfacción plena. A menor nivel de estrés, menor producción de cortisol, que es la hormona que se segrega cuando hay niveles elevados de estrés. Se pueden analizar con mayor tranquilidad los propios estados emocionales y los del entorno, lo que redunda en mejorar los vínculos relacionales en todos los ámbitos: el familiar, el de las amistades y el laboral.

Por el lado de lo físico, la pregunta sobre el origen de determinadas afecciones puede hacer que se superen los pensamientos circulares, cerrados y angustiantes; y arribar a la vinculación de las afecciones físicas con comportamientos o situaciones internas o de contexto, que pueden ser causales de tales disfunciones o enfermedades. Encontrar respuestas nos lleva a producir cambios en nuestra vida cotidiana lo que resulta en una mejora de la calidad de vida.

Si del mundo que nos rodea se trata, preguntarse los por qué y los para qué de las cosas que suceden, permitirá tener amplitud de criterio, alejarse de los prejuicios y las sentencias a priori, ser más comprensivos y construir vínculos más diversos.

Para Gadamer[2], la pregunta se origina en el reconocimiento del no saber y la humildad del deseo de saber. Solo se preguntará aquel que a la manera de Sócrates[3] reconozca que: “solo sé que no se nada”.

(En próximos abordaremos el cómo enseñar a preguntar… )

 

Lic. Verónica López

Tekoá Cooperativa de Trabajo para la Educación

 

[1] Paulo Freire. Paulo Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en la capital provincial de Recife, en el noreste de Brasil, y creció en una familia pequeño burguesa. Durante la Gran Depresión de 1929 conoció la pobreza y el hambre.  Murió el 2 de mayo de 1997 en São Paulo. 

[2] Hans-Georg Gadamer fue un filósofo alemán, nacido en Marburgo en 1900 y fallecido en Heidelberg en 2002. Se licenció con una tesis doctoral en filosofía en 1922. Es conocido por sus ensayos en tres campos destacables: le historia de la filosofía, la filosofía de la historia y la estética. Verdad y método. Elementos de una hermenéutica filosófica (1960) fue su obra más importante

[3] Sócrates fue un filósofo clásico griego que vivió entre los años 470 a.C y 399 a.C. Fue maestro de Platón, quien a su vez tuvo como discípulo a Aristóteles. Los tres son los representantes más importantes de la filosofía de la Antigua Grecia.

Entradas relacionadas