En declaraciones a APF, Taibi comentó que “este año, en lo que a oferta y demanda de energía se refiere, no va a ser mucho mejor que el año pasado. Tenemos como escenario un consumo creciente, quizá más intenso que el año pasado, porque sigue reactivándose el doméstico y la actividad productiva”.
Sobre esta base “se estima un crecimiento sostenido de la demanda, y algunas de las obras que están previstas para atenderla tienen un horizonte que supera este año”, aseveró.
Por todo esto, es que la provincia lanzó hace unos días un plan de ahorro solidario de energía, y volverá a dejar de lado este año el sistema de “premios y castigos” que la Nación había implementado para racionalizar el consumo hogareño.
Con respecto a las acciones basadas en la solicitud a la población para que reduzca la utilización de energía durante las horas pico al que se apeló en 2004, Taibi relató que “tuvo parcialmente efecto” y comentó que la aplicación del programa que la Nación previó para el Conurbano bonaerense y la Capital es “poco claro para el usuario”.
Además “en muchas provincias que lo aplicaron apresuradamente (al plan de premios de castigo), como la unidad para compensarlos no es lo mismo en el área metropolitana que en una provincia, tuvieron muchos más premios que pagar que castigos que cobrar lo que generó inconvenientes”, aseveró el titular del EPRE.
Asimismo, estimó que será necesario analizar cómo cubrir el pico de consumo que se produce en el invierno luego de las 18 horas, cuando aún persiste la actividad comercial, la gente retorna a sus hogares y se enciende el alumbrado público.
En este sentido, dijo que de concretarse un cambio en la hora oficial de la provincia, se obtendría “un escaso ahorro de energía, pero mucho de potencia” y consignó que modificando la hora del centro del país hacia la zona atlántica existiría “una reducción significativa de potencia y una incipiente del consumo”.
En referencia a si, sobre esta base la ecuación final tiene un resultado positivo para el fin de racionalizar la disponibilidad de energía existente, Taibi citó que “hay un estudio hecho por el ITBA (Instituto Técnico de Buenos Aires) hace unos años atrás que recomendaba hacerlo (al cambio de hora), pero fundamentalmente por el ahorro de potencia, algo que no es despreciable cuando sabemos, por ejemplo que Salto Grande, una de las represas que actuaba de punta en los picos horarios, está sin agua”.
“Lo que tenemos claro en este sentido es que es poco práctico esto (por la modificación horaria) cuando no es una decisión nacional, o al menos de un grupo grande de provincias”, calculó Taibi y ejemplificó que “si tuviéramos una hora distinta con Santa Fe tendríamos un caos tremendo, social y económicamente.”
Las alternativas, en todo caso, son “o modificamos la hora, o modificamos el horario de inicio de las actividades. Estamos elaborando un plan de ahorro de energía en el sector público no cambiando el horario de entrada del personal, sino unificando el de inicio de las actividades masivamente a las 7” de la mañana, añadió. Por la tarde, “sería deseable – estimó – que todas las oficinas públicas cesen sus actividades a las 18”, con la excepción de áreas de servicios esenciales que necesiten continuar, como los hospitales y la policía, concluyó Taibi.
