Encontraron restos fósiles de un mamífero gigante

“Atrás quedaron los años en los que a los científicos e investigadores se los mandaba a lavar los platos en la Argentina. Hoy hay inversión, capacitación y apoyo para estas acciones, que nos enorgullecen”, expresó el ministro de Cultura y Comunicación, Pedro Báez, al dar a conocer un informe con detalles sobre los hallazgos.

El funcionario destacó especialmente la colaboración de las comunidades involucradas y resaltó también el trabajo fructífero entre organismos de distintos niveles que intervinieron para garantizar el rescate y la preservación del valioso material, que se integró al patrimonio provincial.

El hallazgo en Islas del Ibicuy se produjo en el predio en el que está emplazada la escuela 31 Gabriela Mistral, en Villa Paranacito, antes de los trabajos de refacción y ampliación del edificio.

Antes del inicio de las obras, el Ministerio de Cultura y Comunicación tomó intervención a través del Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Profesor Antonio Serrano, órgano de aplicación de la ley 9.686, ante indicios de un posible sitio arqueológico advertido por gente del lugar y por un antecedente de rescate en 2006.

“Gracias a la memoria oral y a investigaciones históricas, en la zona se sabía que el lugar podría ser un cerro indio, razón por la cual, preventivamente, intervino personal del Museo Serrano, junto al equipo de intervención arqueológica del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano del Conicet y a técnicos del Ministerio de Planificación e Infraestructura de la provincia”, indicó Báez.

Según el informe elevado por Daniel Loponte, director del equipo de Conicet, los trabajos desarrollados implicaron la excavación de más de 40 metros cuadrados del sector donde se desarrollará la obra. “Esas tareas permitieron recuperar tres enterratorios aborígenes ubicados a más de un metro de profundidad, una colección de alfarería indígena con patrones decorativos y ornamentos que son novedosos para la región de Ibicuy, una importante colección faunística, bolas de boleadora, numerosos morteros de piedra y diversos artefactos de hueso”, enumeró el experto.

Si bien la antigüedad de las ocupaciones aún no se conoce con exactitud, dado que se esperan los resultados de las dataciones radiocarbónicas, el contexto arqueológico recuperado permitió a los investigadores considerarlo como un sitio muy antiguo. Como referencia, se toman los hallazgos en un sitio arqueológico vecino, donde se obtuvieron dataciones de 2.300 años atrás para las primeras ocupaciones humanas conocidas del área.

El hallazgo en la localidad de Larroque corresponde a restos fósiles de un mamífero gigante que habitó el territorio hace unos 10.000 años. La pieza fue enviada al Museo Serrano para su estudio, siempre de acuerdo a lo establecido en la ley de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico.

Fue un pescador de la zona, Julio Caballero, quien halló la pieza y la entregó a técnicos de la Secretaría de Ambiente de la provincia que en ese momento realizaban tareas de muestreo sobre el río Gualeguay.

“Estábamos pescando con mi amigo Alexis Huk, en la zona de El Corralito, en el río Gualeguay, cuando enganché sin querer con el anzuelo este objeto. Como nos llamó la atención su forma y no sabíamos si se trataba de un hueso o una piedra, se lo entregamos a la gente que estaba realizando estudios en el zona”, contó Caballero.

Inmediatamente después de haber tomado contacto con el fósil, el secretario de Ambiente, Fernando Raffo, se comunicó con las autoridades del Ministerio de Cultura y Comunicación y desde allí se pusieron en marcha los mecanismos correspondientes para garantizar la preservación del material encontrado y proceder a su análisis.

“Me informaron que la pieza hallada es una hemimandíbula de megaterio, de la fauna que se extinguió en nuestro territorio 8.500 años antes del presente”, puntualizó el ministro Báez.

El megaterio es un perezoso gigante continental y está registrado como uno de los más grandes que existieron. Alcanzaba los 6 metros de altura parado en dos patas y aproximadamente 5 toneladas de peso. Estos perezosos fueron parte de la megafauna autóctona sudamericana que pobló densamente la región en el transcurso del período pleistoceno.

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