El 27 de septiembre pasado, los ediles aprobaron un nuevo pliego de licitación para concursar las líneas 2, 3 y 7, cuyos concesionarios circulaban con permisos precarios. La novedad fue que los ediles incluyeron la verificación vehicular como requisito para habilitar los micros que presenten quienes pretendan quedarse con el servicio. Si bien Peñaloza indicó que conoce la existencia de las nuevas exigencias alegó que aún no se firmó el convenio entre el municipio y la Secretaría de Transportes de la Nación.
El responsable del área de Transportes explicó que el retraso se debe a que “la Provincia no está adherida a la Verificación Técnica Vehicular, entonces el convenio se hace medio engorroso realizarlo”.
Al mismo tiempo, señaló que el único taller habilitado en la zona (“Motortest”) no contempla “ciertos requisitos que nosotros no vamos a llegar a cumplir con los coches”. Para Transportes, las unidades sólo requieren tener en buenas condiciones “lo elemental”. En cambio, la existencia de un vidrio astillado en una unidad es determinante para no aprobar el examen. “Tuvimos una reunión con los transportistas y, claro, a veces las calles se encuentran regularmente bien y tienen problemas”, dijo Peñaloza, dejando en claro que los vidrios astillados no son culpa de los propietarios de las líneas.
Por lo tanto, a pesar de que en el artículo 27º de la ordenanza aprobada se establece que los colectivos deben estar en “perfectas condiciones estético-mecánicas, de seguridad e higiene, que deberá acreditarse mediante el correspondiente certificado expedido por el RTO (Revisión Técnica Obligatoria) u otro que indique la municipalidad”, el próximo examen se volverá a realizar en los talleres municipales.
Las revisiones tendrán lugar durante el curso de toda la semana próxima. “Las líneas más grandes van una por día, y después hay dos líneas chicas, en el sentido de cantidad de coches, que son las 6 y la 8, que la juntamos en un solo día”, explicó. Los coches que no aprueben no podrán circular hasta que no remedien los ítems reprobados. Para ello, tendrán plazos que van de 48 hs. a una semana para solucionarlos.
Las verificaciones se deben realizar en forma obligatoria cada seis meses, con la salvedad de que: “si hay un ómnibus que no está en buenas condiciones, lo podemos mandar al taller municipal en cualquier momento”, dijo Peñaloza. En consecuencia, la próxima revisión se efectuará en septiembre. Para ese momento, se estima que el convenio estaría firmado.
Respecto del estado actual de las líneas, Peñaloza señaló que hay dos que están en condiciones “bastante malas”: la Nº 1 y la Nº 9. “Están pasando un mal momento económico”, explicó. Aunque resaltó que una de ellas adelantará varios modelos con dos unidades usadas. “Recién vengo de una de las líneas y me llenó de satisfacción porque trajeron dos colectivos modelo 95”, dijo refiriéndose a la Nº 1. “Nos va a quedar una que anda ahí… y tengo esperanzas de que mejore”, señaló, en referencia a la Nº 9.
Peñaloza puntualizó que todas las líneas se encuentran con sus papeles en orden. “El gobierno anterior llamó a licitación las líneas 7, 2 y 3 que estaban con permisos precarios. Las nueve líneas están en regla todas”, indicó.
Por otra parte, Peñaloza sostuvo que la Dirección de Transportes de la Provincia, encargada de verificar el estado de los transportes que acarrean a los cosechadores de citrus y arándanos, tiene un problema similar. “Ellos también están en tratativas sobre como van a hacer la verificación técnica porque estos ómnibus sí recorren la ruta 14. El caso de ellos lo veo un poquito más difícil porque los ómnibus nuestros son urbanos únicamente”, indicó.