En la jornada de ayer, la empresa Botnia aceptó haber pagado a través de un asesor al activista Marcelo Cairús, pero anunció acciones judiciales en su contra porque considera que «tergiversó» los hechos, ya que el dinero no era un soborno sino un pago para organizar reuniones con los ambientalistas de Gualeguaychú.
«Botnia no paga sobornos, ni acepta chantajes y niega enfáticamente haber participado de ningún intento de coima en el pasado o en el presente», afirma la empresa, al tiempo que aclara que Cairús «fue contratado para gestionar la organización de una reunión con la Asamblea de Gualeguaychú, gestión por la que recibió el pago de los honorarios y reintegro de gastos correspondientes».
Según Cairús, la empresa lo contactó para que impidiera manifestaciones en Fray Bentos contra las plantas y, además, se infiltrara en la Asamblea de Gualeguaychú para pasar información. A cambio, alega haber recibido de la empresa seis pagos de $ 10.000 y uno final por $ 50.000.
Botnia considera que hubo una «tergiversación de los hechos y manipulación de la información», e instruyó a sus asesores legales para iniciar las acciones civiles y penales que correspondan. «Hacemos mucho, y a veces erramos», lamentó Faroppa.