En Tribunales, veinte años no es nada

Incluso, el vecino mencionó que algunas casas no tenían techo. En realidad lo que sucedió es que la construcción era tan precaria que una tormenta se llevó los techos de un sector del barrio. Es que, según sostuvo una fuente con acceso a la causa judicial, “los clavadores (tirantes de madera donde se clavan las chapas) estaban atados con alambre al último ladrillo”.  

Pero los vecinos ocuparon las casas de igual modo para dejar de gastar dinero en alquiler. “Entonces se hizo un arreglo con el banco y se tomó la casa para poder salir de los alquileres”, indicó. Pero para ese entonces la empresa constructora de Formosa, una supuesta cooperativa denominada “Frontera Limitada”, había abandonado todo al punto tal que el sereno comenzó a sacar inodoros y otros artefactos de valor para poder percibir algún tipo de ingreso ya que no le pagaban el salario.

Los vecinos comenzaron un juicio en 1998 contra el Banco Hipotecario y la empresa constructora. Una fuente judicial con acceso a la causa sostuvo que en su momento, cuando se inició el juicio, se publicó un edicto en Formosa requiriendo la presencia de los responsables de la cooperativa. Pero nadie se presentó. “Desapareció”, remarcó García.

El vecino recordó que el banco les prohibió sacar créditos en otras entidades financieras por 15 años aproximadamente. “No podíamos sacar ningún préstamo en ningún lado”, dijo. García subrayó que muchos vecinos pudieron arreglar sus viviendas. “Mucho, poco, mal o bien pero igual seguimos teniendo problemas en los baños, cañerías. Los revoques se caen, no se puede pintar o si se pinta, hay que pintar todos los años para mantener las casas en condiciones. El banco nos prometió una cosa y nos entregó otra”, remarcó.

Otro vecino, Mario Rosas, indicó que las viviendas sufren rajaduras en las paredes y no saben a que atribuirlo. “No sé si es el piso, el tránsito o qué. Yo tengo en mi casa, el garaje, que se han rajado todas las uniones”, indicó. De hecho, algunos recuerdan que cuando pasaban la mano por el revoque se quedaban con arena en los dedos.

De la misma forma, Rosas expresó que la humedad es terrible. “Hizo todo lo posible para sacar la humedad pero es imposible”, señaló. El terreno donde se levantan las viviendas antiguamente era zona de quintas, de sueldo de arena con muchas vertientes. De hecho, recordaron que cuando hicieron un pozo para colocar un poste de alumbrado público brotaba agua como si fuese una catarata. Y a ello añadió que las viviendas fueron levantadas sin cimientos. “Hicieron la base y de ahí levantaron la casa”, dijo.

De la misma forma, Jorge González, otro habitante del barrio, indicó que se saludaba con el vecino a través de las grietas de la medianera. “Estaba para caerse todo”, dijo. Además recordó que viajaron a Buenos Aires, a la sede central del Banco Hipotecario. “En el banco, este barrio directamente no figuraba. Cuando le dijimos la empresa que lo construía, la chica nos dijo que figuraba pero nos llamó la atención que se empezó a reír yo cuando le preguntamos por qué, era porque la dirección que tenia la empresa era en la mitad del Río de la Plata. Era todo trucho. Fijate como se trabajaba en esa época”, acotó. 

Hace algunos años, se presentó una asistente social enviada por el Banco Hipotecario. Jorge Nuñez, otro vecino, recordó que estuvo en su casa sacando fotos para elaborar un informe debido a la existencia del artículo 13°. En el escrito consignó que la vivienda era “inhabitable”. El artículo 13° fue el que posibilitó que los vecinos no fuesen desalojados. Es que el Hipotecario ejecutó la cláusula que permitía el desalojo por falta de pago de las cuotas. Pero la defensa legal se apoyó en el artículo 13° que brinda cobertura social y legal a los vecinos para que no fuesen desalojados. Y luego de la crisis de 2001, el Hipotecario decidió desistir de la ejecución de la clausula.

Una fuente judicial explicó que en Concordia se iniciaron en 1998 tres juicios contra el Banco Hipotecario y dos entidades intermedias que se encargaban de la construcción de dos barrios: Sarmiento e Isla Maciel. En el caso de Isla Maciel, cuyas viviendas fueron entregadas en peor estado aún que el Sarmiento, fueron dos juicios contra el Hipotecario y la Cooperativa Isla Maciel cuyo presidente vivía supuestamente en la localidad bonaerense de Dock Sud pero cuando se presentó el abogado que representa a los vecinos allí le dijeron que no conocían a esa persona dando cuenta de la irregularidad de la operatoria. El caso Isla Maciel es paradigmático dado que se construyeron de esa forma muchas viviendas en diferentes provincias.

En el caso del Sarmiento, el reclamo fue dirigido contra el Banco Hipotecario además de la cooperativa “Frontera Limitada” pero Formosa no fue posible encontrar a alguien que se hiciera cargo de la misma.

La fuente explicó que el Banco Hipotecario intentó desligarse de la operatoria asegurando que sólo actuaban como entidad financiera. Pero la Justicia los condenó en forma solidaria con la entidad intermedia dado que formaban parte de la oferta realizando los trámites administrativos, entre otras cuestiones.

El fallo fue rechazado en primera instancia pero en la sentencia se impuso el pago de un resarcimiento por daño moral de $ 12.000 a cada familia. La defensa legal de los vecinos apeló a la Cámara y volvió a ser rechazado por la sentencia dispuso la actualización a $ 15.000. Una nueva apelación llevó el expediente al Superior Tribunal de Justicia reclamando, por un lado, la actualización del daño moral dado la desactualización del monto mencionado.

Pero lo más importante es que reclaman por estafa dado que no se tuvo en cuenta una pericia realizada por una arquitecta que desagregó toda la inversión en las viviendas y llegó a la conclusión que, en su momento, se habían invertido  $ 4.200 en casas que fueron tasadas por el banco en $ 11.000. O sea que la diferencia reclamada por los vecinos es ni más ni menos que el 50 % del valor de la misma. Y eso sin contar los servicios que debía tener el barrio pero que en realidad carecía de absolutamente todo: no había agua, ni cloacas, ni asfalto, ni energía eléctrica. De a poco los vecinos fueron encargándose de todo.

“Hay que ver si la justicia falla a favor de nosotros, los perjudicados, o a favor del banco”, dijo Nuñez.

 

 

 

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