‘En su ámbito social, yo creo que está condenado’, dijo una de las sobrinas de Ríos

“Pero también quería que la justicia; a mí y a mi hermana nos costó mucho ir a denunciar. En ese momento éramos menores y después cuando tuvimos la edad y la entereza suficiente para poder hacerlo, la Justicia nos dice que ya fue hace mucho. Por un lado, es injusto”, indicó la joven esta mañana a Radio Ciudadana (FM 89.7).

“Yo entiendo que la prescripción existe por algo, pero me quietaron el derecho de obtener porque cuando era chica porque era chica y cuando fue mayor de edad y tuve la entereza, me dicen que está prescripto. Siento mucha impotencia”, señaló.

“En realidad, mi hermana y yo fue algo paralelo, ninguna sabía de la otra; no sabía lo que C. G. estaba viviendo hasta que encuentro una carta. Ahí se lo comunico a mi mamá”, dijo. La madre es viuda, trabaja y tiene cinco hijos. “Le suplicamos las dos que no haga la denuncia”, indicó M. G. Por ende, optó por llevarlas a un psicólogo. Eran menores de edad ambas hermanas, una tenía 15 y la otra 17, y no estaban preparadas para hablar. Pero su hermana optó por hacer primero la denuncia porque no quería cruzarlo en la calle. Según indicó M. G., los abusos comenzaron cuando ella tenía cinco años y se prolongaron hasta los 12.

“Siento que se hizo todo lo posible y por eso hemos superado todas las instancias. Pero sentimos que lo hayan dado por prescripto fue un golpe. Una sensación de impotencia, mucha desilusión y mucha furia. Una sensación de capaz sentir que esta persona está tranquila y yo no lo estoy, no lo estamos”, sostuvo Mercedes.           

La joven sostuvo que no estaba preparada para hace una denuncia. “Fue muy duro el denunciar y el escuchar en los diarios. Para mi particularmente fue muy duro”, indicó. En ese sentido, dijo se expuso junto con su hermana al ir a Tribunales a relatar para que luego se declare prescripto el caso. “Esta persona no es inocente; sale beneficiado por un tecnicismo judicial”, señaló.

Más adelante, señaló que su adolescencia fue muy difícil. “Me quería morir. Incluso tuve intentos de quitarme la vida. Estaba muy inestable”, aseveró.  Pasó por varios psicólogos y no se llevaba bien con ninguno. Tampoco, sostuvo, fue fácil para la madre la convivencia con su hija.

En tanto, sostuvo que su hermana retornó a Concordia el año pasado recibida como profesional. “Ella es muy optimista y está segura de que vamos a tener una condena. La admiro, yo soy más bien pesimista. A mí me empuja para mantenerme firme”, indicó M.G.

 Los fiscales que llevaron la causa en Concordia fueron Fabio Zabaleta, luego Aníbal Lafourcade y finalmente Darío Mautone. “Si bien hicimos la denuncia ante Zabaleta, Lafourcade es el que la terminó impulsando y el que hizo que llegara a todas las instancias”, indicó.

También admitió que, al principio, cuando trascendieron las denuncias, había quienes no les creían a ellas. Pero ahora cree que no le es fácil al bioquímico caminar por Concordia. “Si bien es grande, también es chico”, señaló en referencia a la ciudad. “Y en el medio que él se rodea, en su ámbito social, yo creo que está condenado”, manifestó M. G. Y señaló que no quiere que se lo mencionen como un “señor” a una persona a la que calificó de “pedófilo” y “perverso”.  

Por ultimo reiteró que está dispuesta a ir hasta la Corte Suprema y se manifestó en contra de las prescripciones en este tipo de delitos. “Le puede pasar a una persona que tiene una violación a los 16 y lo puede contar recién a los 40 porque es todo un proceso interno, emocional, psíquico. Es indescriptible y solo las personas que lo viven pueden saberlo”, mencionó.

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