En un acto celebrado en la Casa Rosada, donde presentó el Programa de Identificación Biométrica (ver aparte), la presidenta sentenció: “Vengo del G-20 y cuando uno ve lo que pasa en el mundo, reafirmo con creces que el modelo es crecimiento, trabajo, inclusión social, única receta que tienen los países para superar las dificultades.”
Con el propósito de reforzar esta idea y ante “el formidable endeudamiento de muchas economías”, la presidenta adelantó algunos guarismos económicos que dan cuenta de los resultados del modelo “en estos últimos ocho años contra viento y marea”. En esa línea destacó que el superávit comercial que estaba estimado en 8.500 millones de dólares para este año ya alcanzó, en octubre pasado, los 9.379 millones de dólares. “Lo que hicimos contra viento y marea me da un poquito de orgullito”, dijo Cristina, y aclaró, “pero no por el resultado electoral sino por los números de la economía”.
Explicó que el superávit comercial en octubre pasado alcanzó los 1217 millones de dólares, lo que significa un crecimiento del 30% con respecto a igual período de 2010, cuando llegó a 937 millones de dólares. Asimismo explicó que, según los relevamientos realizados por al AFIP, las ventas declaradas totales en el primer semestre de este año crecieron un 35% con respecto al primer semestre de 2010.
Destacó además que en la actualidad, y frente al fuerte endeudamiento de países como Grecia e Italia, el peso de la deuda argentina tanto pública como privada representa el 32,2% del PBI. “Recuerden aquella Argentina del 150% de deuda” en relación al producto bruto interno, pidió la presidenta, “esto nos llena de orgullo”. Explicó también que la deuda pública expresada en dólares se redujo al 27,5% en relación al PBI, cuando en 2003 superaba el 100% del Producto Bruto e indicó que según las estimaciones que maneja el gobierno, para fin de año la proporción correspondiente al sector privado será del 8,7% del PBI.
“La Argentina pasó de ser un deudor a un acreedor neto del resto del mundo a partir del año 2004”, dijo Cristina y destacó que el mayor acreedor neto entre los países desarrollados es –aun sin ser un gran país productor o con grandes reservas energéticas– Suiza, lo que a su entender da cuenta de la crisis internacional.
A pesar de mostrar su orgullo por las estadísticas económicas alcanzadas, la presidenta se encargó de puntualizar que “todavía falta llegar a mucha gente a pesar del crecimiento ininterrumpido de los últimos ocho años”.