En muchos comedores escolares ya no hay gas, y apelan a menús alternativos

Fabiana Fracalossi de Martínez, vicedirectora de la escuela Nº 74 “J.J. Valle”, expresó esta mañana a DIARIOJUNIO que están sufriendo las consecuencias de la falta de gas licuado. “Hasta hoy cocinamos, no sé si va a alcanzar para la comida de mañana”, acotó.
“La garrafa ya empezó a tener un color coloradito-amarillo como que se está terminando y no sé que va a pasar”, dijo Fracalossi de Martínez. Desde la escuela llamaron al proveedor, Saporitti Gas, pero no responde el teléfono. En la 74 nunca se suspendió el funcionamiento del comedor escolar: atiende a 680 alumnos en dos turnos. El viernes pasado tuvieron que implementar un menú alternativo: hamburguesas con manzanas lavadas con agua mineral (el agua no estaba en condiciones de potabilidad). Hoy podrían repetir el menú: un sandwich de fiambre con una fruta.
“Pero el presupuesto no da; esto es como el presupuesto de una casa: hay que saber administrarse”, explicó la vicedirectora. Ninguna de las alternativas está contemplada en el presupuesto: ni los sándwiches, el agua mineral o las frutas. “No sé si la tarjeta va a dar”, explicó la vicedirectora. El 25 o 26 de cada mes llega la habilitación para los siguientes 30 días. “¿Cuánto podremos sostener un menú alternativo? ¿Un día, dos, tres?”, se preguntó. Luego reflexionó: “un sándwich o una fruta no es comida. Sabemos que para muchos chicos su última comida es a las cuatro de la tarde: la copa de leche con un pedazo de pan con dulce”.
Al este de la escuela, por Presidente Illia, se encuentra la escuela Nº 73 “Pancho Ramírez”. Está enclavada en una escenografía similar: barrios humildes donde lo que nunca falta es la pobreza. La función del comedor de la escuela en ese barrio es superlativa: en los años más álgidos de la crisis, además de los perros que se disputaban las migajas en el patio de la escuela, muchos adultos hacían cola para llevarse una porción de lo que comían los chicos, en algunos casos probablemente sus hijos.
María Itatí Fabre, vicedirectora de la escuela N° 73, indicó que ayer se quedaron sin gas para los más de 600 alumnos que concurren. «Tuvimos solamente para la leche», indicó. Pero esta mañana ya no tenían ni siquiera para calentar leche por lo que optaron por comprar yogurts de 1 lt., y al mediodía iban a servir panchos con ensalada de frutas. «Las compramos en tarros, las pusimos ayer en el freezer y hoy les agregamos bananas», indicó.
No obstante, Fabre dijo que esta mañana se dirigía a la Departamental de Escuelas para dialogar con el encargado de los comedores escolares para que se contemplen las compras alternativas dentro del presupuesto. “Voy a ir a pedir asesoramiento a comedores escolares, ya he comunicado la situación por nota”, añadió.
En la Unidad Educativa Maternal Nº 3, un jardín ubicado en calle Perú al 830, tampoco hay gas. La vicedirectora, Elba Laíño, dijo que ayer cocinaron pizza en el microondas y, con el poco gas que quedaba dentro de las garrafas, prepararon fideos con manteca. Para hoy tenían previsto servir a los 45 chicos que desayunan y almuerza sandwichs de jamón y queso, y para mañana iban a encargar comida preparada: milanesas con ensalada de papas y huevo duro. “Pero tenemos que ver con nuestros proveedores como nos vamos a manejar con eso”, indicó.
Además del gasto prematuro del presupuesto que debe llegar a fin de mes, el otro inconveniente para la vicedirectora es que hacer con la comida almacenada en los freezzers. “Ya se nos terminan las clases, ¿que hacemos con todo eso?”, señaló.

Volvieron las clases en la N° 74

Esta mañana, a las 9 hs., luego de recibir el informe del técnico bromatólogo del EDOS, Rubén Gallo, donde confirmó que el agua es apta para consumo humano, las autoridades de la escuela Nº 74 decidieron retomar las actividades. La vicedirectora dijo que el encargado el limpiar el tanque, la cisterna y las cañerías internas encontró “muchísimo barro decantado”. El agua de red se deposita en una cisterna subterránea antes de ser bombeada al tanque. El barro se depositó en la cisterna, y se transformó en “caldo de cultivos” de donde salieron los coliformes que fueron detectados en al análisis anterior.

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