Vivimos juntos la organización de la Juventud Radical en Entre Ríos y los esfuerzos por desalojar a una dictadura mísera y ejecutora del terrorismo de Estado en cada rincón de Argentina. Participamos de los esfuerzos por separar a la juventud de nuestra generación de la guerra y la violencia alienante y autoritaria, defendiendo la paz, la democracia y los derechos humanos; desde el lugar donde nos encontrábamos.
Supimos acompañar a ese magistral estadista que fue Raul Alfonsín, en el llano y en la presidencia, para dejar implantada la democracia por siempre en la Argentina. Conociste los honores y las miserias de la política sin arrogancia ni quejas, dejando el tiempo y lo que ello implica en pos de una sociedad mejor. En nuestra UCR fuiste un hombre importante de la Juventud primero y del partido después y seguiste trabajando en el periodismo para no perder de vista los avances y retrocesos de la lucha cultural y económica de toda una generación.
En la definición certera de la palabra: ha muerto un político; con toda la grandeza que ello significa. Austero, trabajador, honesto y comprometido con la sociedad donde vivió y los tiempos interesantes que le tocaron enfrentar.
Sabíamos de su amistad, íntegra y total. Pero lo notable fue su compromiso y acción con sus sueños igualitarios, con la sociedad que deseaba, con la ciudad, la provincia y el país que vivió. Fue
Concejal y Senador Provincial de la Unión Cívica Radical, y en muchas elecciones generales, engalanó con su nombre las listas en las cuales participaba.
No le era ajeno nada de lo que en Nogoyá, Entre Ríos y en su país ocurría. Sus charlas hacían referencia a la actualidad y desde su semanario bregó incansablemente por la libertad de prensa, institución fundamental en el progreso de los pueblos.
Todos lamentamos tu deceso, amigos, colegas, correligionarios y conocidos. La democracia entrerriana mucho te adeuda, las jóvenes generaciones, aún más.
Descansa en paz Juan, te adelantaste. La llama y la deuda siguen vigentes.
