“En materia de derechos humanos, el gobierno de Kirchner es una cáscara”, dijo Schulman, militante de izquierda

El Movimiento Universitario de Izquierda (MUI), en conjunto con la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH), presentarán a: Schulman; Keka Koffman, fundadora del agrupamiento de Madres en Concordia, y de la filial Santa Fe de Madres de Plaza de Mayo; y José Iparaguirre, asesor legal de la Liga Argentina por los Derechos Humanos de Entre Ríos.
Schulman ha publicado cuatro libros: “Tito Martín, el villazo y la verdadera historia de Acindar”; “La Rioja que resiste. Educación y lucha de clases.”; “Los laberintos de la memoria. Relatos de la lucha contra la dictadura y la impunidad»; y “La parte o el todo, un mapa para recorrer la lucha de clases en la Argentina”. Ex preso político, sobreviviente del centro clandestino de detenciones “La Cuarta” de la ciudad de Santa Fe, es querellante en el juicio contra el grupo de Santa Fe compuesto por el ex juez Brusa, el ex comisario Facino y otros seis represores.
“Nosotros pensamos que el aniversario del golpe de estado es una fecha propicia para reflexionar sobre lo que nos ocurrió como país, partiendo de que las consecuencia del golpe de estado están vigentes”, expresó.
El historiador explicó que la perversión y magnitud del golpe se explican porque se propuso “abortar un proceso de acumulación de fuerza del campo popular. Fue una contrarrevolución preventiva, que a diferencia de otros golpes de estado, no se contentaron con interrumpir la acción del movimiento popular, sino que se propusieron exterminarlo”.
El legado del golpe se expresa en el plano “económico y social”. “En Argentina se mantiene el modelo de exclusión y desigualdad social”, expresó. Remarcó que se mantiene un sistema de redistribución de la riqueza injusto, que sigue incrementando la brecha entre “los más ricos y los más pobres”.

La Patagonia rebelde

Pero también subrayó que se mantienen vigentes otras herencias más tangibles del golpe. “Vengo de visitar, junto con una delegación de 25 compañeros la localidad de Las Heras, Santa Cruz, donde se ha militarizado esa localidad. Se ha instalado un destacamento de 300 gendarmes, otro destacamento de la SIDE, y donde el GEO (Grupo Especial de Operaciones) de Santa Cruz está torturando a niños de 14 años de un modo abierto y explícito”, dijo.
“Allí hay una lucha obrera y popular que nosotros consideramos justa”. Los obreros petroleros santacruceños demandan al gobierno nacional que suba el piso del impuesto sobre las ganancias, hoy situado en los $ 1800, porque les extrae una porción importante del salario. “Los trabajadores no deben pagar impuesto a las ganancias, tienen derecho a elegir a sus delegados, que puedan darse la representación sindical que ellos quieran”, dijo.
Calificó como una “cáscara” los hechos impulsados por la gestión de Kirchner en materia de derechos humanos. “El gobierno nacional, en Las Heras, protege la burocracia sindical, tortura a los niños e impide la lucha obrera y popular; lo demás es cáscara”, dijo.

Una ex-referente social

Respecto de la reapertura de los juicios sobre la dictadura, aseguró que el gobierno nacional “no tiene ningún papel”. “Los juicios que se abrieron son el resultado de las luchas de los sobrevivientes, y de los organismos de los derechos humanos”, dijo.
Consultado sobre las expresiones de Hebe de Bonafini, titular de Madres de Plaza de Mayo, quien elogió a la gestión de Kirchner, señaló: “creo que la señora Bonafini no consigue pensar en términos colectivos, no consigue ponerse en el lugar de los niños de Las Heras ni de los trabajadores ni de la mitad de la población que vive en la pobreza”. Para Schulman, Bonafini perdió “el respeto del campo popular”. “De un modo egoísta, piensa únicamente en su situación personal; está equivocada y está traicionando su historia. Habrá ganado el respeto de Kirchner pero perdió el respecto del campo popular”.
Admitió que era considerada una referente. “Ahora no es referente de nadie”. Recalcó que no recibe: a los trabajadores de Las Heras, del ferrocarril, de los subterráneos, a los organismos de derechos humanos o a las madres de los niños que matan.

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