El contador estuvo reunido el pasado viernes 20 con sus pares de Colón, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay y juntos analizaron las finanzas de los cuatro municipios entrerrianos. En ese contexto, Sierra amplió la información y detalló que el 59 por ciento de la recaudación está centrado básicamente y “como en todos lados” en pagarles a los empleados y el otro gasto importante es todo lo relacionado con las prestaciones de servicios como combustibles o la parte terciarizada como cooperativas de limpieza, etc. En el mismo contexto, Sierra confirmó que la misma situación sucede en el 100 por ciento de los municipios y algunos llegan hasta el 80 y 90 por ciento de gasto salarial. “Si me preguntas si es mucho, te digo que sí. Pero también sé que es normal o al menos eso pasa en los 78 municipios de Entre Ríos”.
El funcionario mencionó también el decrecimiento de la coparticipación nacional y provincial y recordó que el año pasado, la recaudación propia en Concordia creció un 48 por ciento, mientras que la coparticipación nacional y provincial lo hizo en un 46 por ciento. “Prácticamente crecían iguales”, remarcó Sierra, “pero este año la recaudación propia en el semestre, creció un 50 por ciento y la que viene de afuera, sólo un 19. No se esperaba que sea tan bajo”, lamentó y agregó que porcentualmente creció menos que el año pasado y ese es el desfase que existe. “Por eso es que hay que rectificar el presupuesto e ir ajustándolo en base a la realidad a fin de amoldar el gasto”
No obstante, el asesor económico aclaró el “el ajustar” no implica que se bajen los sueldos o subsidios, sino que se “agudizan los controles” en la ejecución del gasto porque, de lo contrario, se generarían deudas. “A los arreglos salariales que ya están en marcha hay que cumplirlos sí o sí, pero el objetivo está en mantener la cantidad de empleados existentes, no pasar a nadie a planta permanente ni hacer nuevos contratos”, indicó el funcionario. “Y a eso nos referimos cuando hablamos de controlar sueldos. Nosotros tenemos congelada la planta desde que asumimos la gestión y vamos a seguir con ese criterio”, destacó. “A mi juicio, obviamente, que eso debe seguir así e incluso deberían sumar herramientas para controlar aún más, justamente por lo que mencionaba antes del porcentaje que se llevan los sueldos en el presupuesto”
Finalmente, el asesor explicó la manera en la que ellos hacen esas revisiones y detalló que la hacen en dos etapas: “Lo que hacemos nosotros es esperar un período, por ejemplo de 6 meses, para obtener así una tendencia de la realidad. Entonces, independientemente del que en el segundo semestre puede quedar igual, empeorar o mejorar, lo que hacemos es rectificar el presupuesto. Eso significa que hay cosas que las vamos a subir, porque pensábamos que iba a entrar menos y está entrando más y otras cosas que van a bajar. Un semestre ya nos da la realidad de los recursos y gastos, una tendencia de lo que va a ocurrir en el año y en base a eso, lo ajustamos”
En la segunda etapa, en octubre o noviembre, se vuelven a analizar los números y en función de ellos nuevamente se hace un reajuste para que cierren lo más cercano posible al presupuesto real. “Por ejemplo, al presupuesto del 2018 tenemos que hacerlo en septiembre, pero debemos tener en cuenta que hay elecciones y no sabemos si se va a devaluar o qué va a pasar en realidad. Entonces, lo que hacemos es armar un presupuesto, esperar que el Concejo Deliberante lo apruebe y durante el año lo vamos acomodando y ajustando con dos revisiones al año: una julio y otra en octubre o noviembre que ya vas teniendo una tendencia de lo que pasará”