Mariel Tambucho, directora de la escuela primaria N° 70 “Eva Duarte”, indicó esta mañana que las clases no comienzan en ese establecimiento. En asamblea con padres, docentes y el Director Departamental de Escuelas, Fabián Vallejos, efectuada el pasado 23 de febrero se decidió esperar hasta el 21 de marzo que es el día de apertura de sobres de la licitación de la reparación de la escuela. Al día siguiente, 22 de marzo, se reunirán nuevamente para ver que determinación tomar.
Tambucho sostuvo que la Departamental de Escuelas los ayuda a reparar 10 aulas pero el resto de la escuela está inutilizable a la espera de la puesta en valor. “Si comienzan las obras de reparación total, o sea la puesta en valor, empezaríamos a trabajar con esa mitad de escuela habilitada en tres turnos: mañana, intermedio y tarde”, indicó. Pero necesitan esperar al 21 de marzo para tomar una decisión en firme.
El responsable de la Departamental les propuso darles una mano para que las 10 aulas estén habilitadas provisoriamente. Además les propuso dividir los 1.000 alumnos que acuden a la escuela en tres turnos: mañana, intermedio y tarde.
La directora sostuvo en dialogo con DIARIOJUNIO el 18 de febrero pasado que debían analizar la propuesta para saber si es factible. Quieren estar seguros que haya lugar y que los alumnos no terminen chocando entre sí. “De ser factible, se aceptaría. Pero una vez que se inicie la obra o que tengamos un indicio mayor que éste”, dijo. “Con 1.000 chicos, hablando en criollo, hay que masticarlo muy bien para saber si entran la cantidad de niños y si el espacio va a dar. Los docentes muchos tienen horarios a contra-turno. Hay muchos factores que hacen que uno no pueda decir ‘ya está todo listo’”, indicaba.
El 18 de febrero pasado la comunidad escolar marchó hacia la zona céntrica para reclamar por el estado de la escuela. Fueron a la Dirección de Arquitectura y a la Departamental de Escuelas. “La mitad de la escuela está inutilizable y la otra mitad estaría en condiciones pero tiene algunas falencias”, remarcó ese día la directora. La parte inutilizable se debe a filtraciones en la losa. “Complica con el tema de la luz porque al tener agua entran en cortocircuito”, señalaba. Además de los inconvenientes en el cableado eléctrico, también hay problemas con los ventiladores. En otras aulas hay problemas con la ventilación. “Las ventanas son muy antiguas, de hierro. Las abrís con mucha fuerza y no las podés cerrar. Si la tenés cerrada después no las podes abrir. Las ventanas son muy antiguas y están muy oxidadas. Hay que reparar todo eso, más en estas épocas de pandemia que hay que tener todo ventilado”, subrayaba Tambucho.
En el comedor escolar hay una grieta muy grande en el cielorraso que genera preocupación por miedo a que se produzca un derrumbe de material. “Tiene que ser un lugar seguro donde los niños estén seguros. Pero así la escuela no es segura para nadie, ni para los niños ni para los docentes”, indicaba.
Escuela 37 Che Guevara
El edificio de la escuela, ubicada en el Barrio Los Pájaros, es seminuevo: fue inaugurado en 2017. Acuden 952 estudiantes y dictan clases más de 80 profesores. No obstante, la directora del establecimiento, Silvana Elgart, explicó que un sector de la escuela que incluye el SUM (Salón de Usos Múltiples), el tanque y la bomba de agua, aún no fue entregado por la empresa constructora a pesar de que ya se fue. Elgart no firmó ningún papel de recepción de la obra y, cuando comenzaron a repasar lo construido, encontraron varios defectos. “Ya comunicamos a las autoridades el año pasado”, indicó. “El año pasado hicimos el reclamo por muchísimas irregularidades en cuanto a agua, cloacas, electricidad y algunas filtraciones”, indicó.
A ello hay que añadir la inseguridad que padece el establecimiento escolar desde hace muchos años. La comunidad escolar reclama seguridad las 24 horas ya que el edificio “está expuesto”. De hecho, en la primera semana de febrero se robaron dos de las bombas de agua y rompieron las instalaciones. “La escuela se hizo cargo de la compra de las dos bombas”, dijo.
No obstante, al mismo tiempo, sostuvo que también deben reparar la parte eléctrica del SUM. “Eso es algo que se nos viene atrasando”, indicó. “Hoy nos sacaron el tablero para llevarlo a reparar”, indicó. “Se supone que esta semana tendría que haber al menos agua”, dijo.
El otro inconveniente es la falta de cargos docentes y no docentes. “Venimos reclamando con la parte administrativas los cargos. Cuando hablo de cargos docentes, me refiero a los preceptores. Tenemos nueve divisiones por turno y cada preceptor se puede hacer cargo de tres divisiones. En un ciclo básico tenemos nueve divisiones en el turno mañana con un total de casi 320 chicos con dos preceptores: nada más”, indicó Elgart.
Y la otra son los ordenanzas. La escuela tiene cuatro turnos: mañana, vespertino, tarde y noche. Y tres ordenanzas. “Que tampoco son de la planta. No tenemos ordenanzas que sean de cargo”, dijo. “Sus cargos no están garantizados y son cuestiones puramente administrativas. Resolviendo eso tendremos dos ordenanzas por lo menos en planta seguros siempre”, dijo.
“Alguien tiene que desarrollar esa función de preceptor. El año pasado terminamos con varias situaciones bien conflictivas, con violencia y agresividad, dentro de la escuela con los estudiantes. Ahí es cuando aparece la preocupación de ¿qué pasa si le pasa algo a algún chico por falta de alguien cuidándolos? Eso es lo que no queremos”, dijo.
La directora dejó en claro que la intención es garantizar los 190 días de clases. “Venimos de dos años bien complejos con la pandemia y la falta de Internet. Se nos hizo muy difícil trabajar; lo hicimos presencialmente generando espacios fuera de la escuela. No lo pudimos implementar en el 2020 y el año pasado tuvimos que recuperar a los chicos que por alguna razón habían abandonado por razones de trabajo”, sostuvo la directora.
De hecho, la directora manifestó que la situación descripta acarrea consecuencias sociales negativas como la profundización de la pobreza. “No se arregla únicamente con arreglar la bomba que tengamos agua, sino que también tengamos las condiciones básicas para poder acompañar las trayectorias de los estudiantes como las cuestiones de higiene y pedagógicas”, dijo Elgart.
En consecuencia, pensando en que no se atrase demasiado el inicio de clases, lo más sencillo de resolver es la parte edilicia. “Nos estaría quedando la parte de los cargos”, dijo.
“En una escuela donde acuden chicos de 12 barrios de los más vulnerables de Concordia es la única secundaria que hay en la zona y es lógico que tengamos una matrícula así de alta. Eso lo celebramos. El tema es que para seguir trabajando y ofreciendo una educación de calidad, necesitamos imperiosamente una solución al tema de los preceptores y ordenanzas”, remarcó Elgart.
Informe: Guillermo Coduri