“Desde esta entidad se evalúan diversos motivos por los cuales el consumo ha bajado notoriamente. Principalmente el incremento de precios desde fines del mes de noviembre hasta la actualidad, en virtud a la devaluación y aumento de costos internos (tarifa eléctrica, combustible, peajes, alquileres), expectativa de los consumidores, retracción de los salarios en virtud al poder real de compra y aumento desmedido en impuestos provinciales (inmobiliario y automotor) Asimismo no se puede desconocer, que las dificultades económicas ya muestran signos alarmantes en sectores claves como por ejemplo la construcción.
Los consumidores han optado por satisfacer obviamente sus necesidades primarias, en detrimento de los demás artículos de consumo como son indumentaria, perfumería, esparcimiento, entre otros.
El sector comercial debe hoy hacer frente a un difícil momento, procurando mantener las fuentes de trabajo, y cumplir con las obligaciones fiscales y previsionales.
Desde hace ya tiempo, la presión fiscal y el aumento de la carga impositiva han jaqueado la actividad comercial, dificultando el fluido desarrollo de esta actividad económica. El sector que mas empleo otorga a nivel nacional y reinvierte en su localidad, se ve acechado por obligaciones fiscales, mientras en todo el país y también nuestra ciudad, se registra cada vez más venta marginal, manteros, venta ambulante, fraude marcario, contrabando, y grandes empresas que establecen domicilio en paraísos fiscales con claros propósitos de evadir impuestos y fugar capitales.
Desde esta entidad se ha solicitado formalmente el control de la actividad ilegal, para lograr una competencia leal y equitativa, pero vemos como ese contralor es deficiente.
Lamentablemente no podemos más que señalar que de continuar estas condiciones económicas, el comercio deberá replantear su actividad, cerrando – seguramente – muchos emprendimientos con la consecuente pérdida de empleo que esto traerá aparejado”.