En declaraciones publicadas en el sitio agronot.com, el dirigente rural se quejó de “los vivos de siempre, que aprovechan este tipo de situaciones y aparecen a comprar, según nos enteramos, en un peso el kilo». A esto se debe agregar que “los que lograron encontrar algún campo alto para pastaje, tienen que pagar entre 40 ó 50 por cabeza, por mes, lo que significa que de necesitar 8 meses de arrendamiento, tendrá que pagarlo con los animales». Allí reforzó que “sin lugar a dudas que muchos productores de la actividad y muy dificilmente puedan regresar».
Lo que se observa ahora se lo puede considerar como desolador, según el relato de Izaguirre, detallando que «hay mucho alambre eléctrico armado en las banquinas, con hacienda que no encuentra lugar, y que al final también se muere porque no conoce mío mío, etc. y en esos lugares hay mucho». Pero también es penoso ver a «la gente que los cuida, están con unas carpitas de silobolsas, con unos palos para soportar el viento y la lluvia».
El Presidente de la Rural Gualeya, más allá de la situación actual, miró hacia adelante y propuso que para las zonas anegadizas, como su ciudad, Victoria o Islas, debe contar con una infraestructura de rápida salida de hacienda, consistente en embarcaderos o corrales Mecano (corrales de aluminio desarmables) en zonas estratégicas, para poder salir desde el bajo, en el primer golpe de agua».
Mas allá del escenario, Izaguirre rescató “la actitud del SENASA que decidió no exigir el papelerío normal para mover hacienda, sino que se les extendió un permiso. Las tropas se descargan en el predio de la Sociedad Rural, y recién ahí, se formalizan las guías y se revacuna para llevarlas al campo de destino» finalizó Izaguirre.