En el tema de la autopista Paraná-Concordia Urribarri deja a Busti mal parado “estas obras nadie las había gestionado”

TEXTUAL
Y así son las cosas en este gobierno: una máquina de hacer y de gestionar.
Me imagino la costa del Paraná a 3 horas de Córdoba por la autopista Córdoba-Rosario. Me imagino la autovía atravesando la provincia, acercando pueblos, potenciando actividades como el turismo, jerarquizando la provincia como destino de inversiones.
Con esta autopista (reitero, que se engancha con la de la ruta 19) Entre Ríos se convierte en la única provincia de la Argentina que está a “un toque” de los principales centros poblados del país. Quedan todos en un rango de tres horas o menos: Capital Federal, Gran Buenos Aires, Santa Fe, Rosario, Córdoba y todas sus adyacencias, etc. Eso debiera impactarnos positivamente en el mediano plazo.
Esto es el ejemplo más claro de lo que quiero significar cuando hablo del federalismo de los recursos y no de los discursos. Del federalismo de las obras y no el de la retórica.
Estas son las cosas que se logran cuando uno encara un gobierno con una actitud positiva. Yo siempre me la creí que nuestra provincia estaba para grandes cosas y que era inexplicable –más allá de las vicisitudes del país- su tendencia a estar planchada.
Lo dije cuando asumí: “imagino una provincia vital…una provincia de la que todo el país hable bien”. Muchos no entendieron y además casi me toman por loco cuando prometí ahí mismo que mi gobierno iba a ser el más pródigo en obras públicas de la historia de esta provincia. Eso hoy es una realidad de la que nadie puede dudar. Y convencimiento tenía una base real: es que esas obras nadie las había gestionado. Nadie había trabajado fuerte en eso. Así de simple.
Es que si he tenido una virtud, esta ha sido el haber cultivado el enorme potencial que tenemos los entrerrianos cuando trabajamos en conjunto, unidos detrás de objetivos que nos trascienden. Mi gran decisión política fue haber enterrado bajo siete subsuelos el famoso divide y reinarás. Por el contrario siempre he buscado unir en la diversidad y es una gran satisfacción que este mensaje esté comenzando a entenderse cada vez con más claridad. Porque en ese mensaje está la verdadera fuerza de Entre Ríos.
El jueves, estuve en Diamante inaugurando una avenida que esperó 50 años para ser asfaltada. Los viejos que hoy me abrazaban, eran niños cuando el asfalto comenzó a ser pedido. Qué más puedo decir, ojalá que el círculo virtuoso no se corte, que la gente siga mirando el futuro con optimismo y que todos apuntemos siempre hacia adelante y hacia arriba.

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