El efectivo venía en dirección oeste-este, hacia el centro de la ciudad, luego de realizar un servicio de policía adicional. En la cabecera este, a la altura de la cancha de Colegiales, fue sorprendido por dos delincuentes armados quienes lo obligan a frenar bruscamente. La zona donde se produjo el asalto no está bien iluminada dado que suelen romper los faroles del alumbrado público para acometer sobre los motociclistas. Encandilados por la luz de la moto, no advirtieron que era un policía. El motociclista cayó sobre la carpeta asfáltica. Al ver que se trataba de un asalto, extrajo el arma reglamentaria.
Un tercer individuo que estaba en un lateral, sobre una cortada, efectuó dos disparos hacia el policía. El efectivo, a su vez, respondió accionando su arma en tres oportunidades apuntando hacia los pies para no matarlos. Los tres se dieron a la fuga por la cortada hacia el norte, ingresando a la maleza debajo del puente Alvear.
Luego de un rastrillaje entre los pastizales se localizan dos armas de fuego: una pistola y un revolver calibre 22 en ambos casos. En el suelo quedaron las cápsulas servidas del arma de fuego del funcionario policial pero no se encontraron vainas servidas de otras armas por lo que se especula que podrían haber utilizado un revolver.
En un primer momento, hubo un llamado al 107 pidiendo la asistencia de una ambulancia debido a que se encontraba herida una persona en las inmediaciones del lugar donde ocurrieron los hechos. Pero el móvil sanitario no pudo localizarla. Además fueron infructuosos los intentos de localizar a alguna persona en los tres hospitales Ramón Carrillo, Masvernat y Felipe Heras con herida de bala. En tanto, el policía salió ileso y tiene una lesión producto de la caída en el asfalto.