“Es una cuestión de informar, de capacitar a la gente, de acercar la información a las empresas para que contrate a la gente de la zona”. Vera no sólo subrayó la importancia de la existencia en Concordia de “mano de obra en abundancia”, sino que rescató que se trata de mano de obra “vinculada a la fruticultura”. “Pocas regiones del país pueden ofrecer esa ventaja. Sería ilógico pensar que no es un buen lugar”.
Aunque admitió que pueden escasear los brazos en ciertos lugares rurales como pueblos chicos, no es el caso de Concordia. “Es una ciudad grande. Difícilmente escasee la mano de obra, hay que tratar de organizar algo práctico para que esta gente trabaje”.
Las declaraciones de Vera contrastan con las expresiones del secretario de Gobierno y Salud de la municipalidad, Alberto Armanazqui. La semana pasada, en un medio escrito, había señalado que “se está tratando de capacitar a alrededor de 2.000 personas para la cosecha del arándano, aunque son muy pocos los beneficiarios de los planes Jefes y Jefas de Hogar interesados en este trabajo”. En ese momento, había 800 personas inscriptas.
Incluso, Armanazqui remarcó el riesgo, ante la escasa mano de obra, que venga “gente de afuera”. “Viene gente, se radica y, después, es el municipio el que se tiene que hacer cargo, socialmente, de ella”, expresaba.
2000 cosechadores
Vera rescató como un aspecto positivo la demanda laboral de la actividad, pero resaltó la corta duración de la cosecha. “No dura más de dos meses, dos meses y medio. De mediados de septiembre a los primeros días de diciembre”, añadió.
Vera aseguró que en el INTA no hay estadísticas fehacientes de cuantas personas trabajaron el año pasado. “Nosotros capacitamos a 650 personas, lo que no quiere decir que todas hayan trabajado. Pero estimemos que han trabajado 400, 450 personas”, indicó.
Para este año, Vera aseguró que la expectativa de demanda de mano de obra es “creciente”. “Un poco lo que se habló con la gente de las cámaras es que se necesitarán 2.000 cosechadores”. El salto en la demanda de mano de obra se explica por el ingreso de plantaciones nuevas. En abril del año pasado había 600 hectáreas en el departamento Concordia, pero una estimación actual del INTA eleva el total a las 700 has. Incluso, fuentes del sector arandanero elevan las cifras a un promedio de entre 800 y 1000 has.
El ministerio de Trabajo confeccionó una propuesta que consiste en que los beneficiarios pueden ingresar a trabajar a las firmas, las que avisan al Ministerio y éstas personas no pierden el plan. Durante el período que están trabajando, las empresas les pagan la diferencia hasta llegar al salario de convenio y paga aportes. El plan se le sigue abonando. Cuando la empresa da de baja por fin de temporada, esta persona recupera el plan”.
Una inversión rentable
La inversión en arándanos es onerosa, remarcó Vera, sobretodo en los primeros años. “Por el costo de la planta y el sistema de riego. Lo que sí se puede hacer es con distintos grados de inversión”. El empleado del INTA destacó que los costos de plantar arándanos son menores en Concordia que en otras regiones, por las características favorables del suelo y la presencia del agua. “Por eso se ha dado que han crecido mucho las plantaciones en esta zona”, explicó.
De todas formas, Vera aseguró que el arándano está lejos de desplazar al citrus como plantación principal de la región. “De arándanos pueden llegar a haber 1.000 has., como mucho; mientras que las plantaciones de citrus, según nuestros cálculos, son de 41.000 has.”. No obstante, aclaró que muchas plantaciones de arándanos se dan sobre quintas de citrus “viejas”, “abandonadas” o de “propietarios que perdieron interés”.
La producción arandanera se exporta el 100 %. “La fruta se cosecha en esta zona, hay distintas empresas que hacen el envasado o lo puede hacer el productor en su quinta, luego se enfría, eso va Buenos Aires y de allí sale en avión a E.E.U.U., que es el principal comprador”.
El arándano, empaquetado, tiene una rentabilidad importante. “Se vende en cajas de 1 ½ kilo y las cajas están compuestas por cajitas de 125 grs. El año pasado varió pero en promedio se vende a U$S 11 el kilo”, indicó.