El director del Masvernat se mostró optimista aunque cauto a la hora de dar una opinión sobre el cuadro de Walter Benítez, el joven de 16 años que se cortó la mano izquierda ayer, mientras cortaba un palo con un a motosierra. “La recuperación del miembro es futurología –aclaró-, hay un primer tiempo donde lo que interesa es que la sangre vuelva a circular, estamos en esa etapa», puntualizó. «El chico está en terapia intensiva, controlado y estable, tiene 16 años, por lo tanto está en una situación favorable para poder luchar”. En este sentido consideró que “hay que esperar, todos tenemos esperanzas de que esto funcione pero hay que reservarse un porcentaje de falla”, aclaró.
Sobre la intervención quirúrgica realizada por el equipo integrado por los doctores Rotman, Hirsield y Tolomei, el director del Masvernat comentó: “la operación duró alrededor de cinco horas en la que hay que reconectar todo lo que se cortó: arterias venas, nervios, tendones, huesos”, resaltando que se trató de “una cirugía completa, fina, pero los médicos son capaces por eso lo hicieron”.
FUNCIONAMIENTO
Consultado sobre la evaluación que hace del funcionamiento del Hospital Masvernat, su director explicó que “toda organización tiene un 10 o 15% de falla”, aunque “estamos preocupados porque no se cometan errores”. En este sentido resaltó la labor del grupo de trabajadores que se desempeña día a día en el nosocomio. “Acá no hay gente mala que se ocupa de hacerle daño a los pacientes” señaló, para luego aclarar: “nosotros luchamos denodadamente por mejorar la condición pero se nos escapan cosas, fallas humanas va a haber, en definitiva, lo que uno busca es que se le sea útil al paciente” concluyó.
SUPUESTO MALTRATO
Sobre el caso Jorge García, de 63 años de edad, quien muriera la semana pasada en el Masvernat, cuyos familiares indicaron que el hombre había sufrido maltratos en sus últimos días de vida, Henquin explicó que “desgraciadamente este hombre falleció porque tenía todas las condiciones para que le pasara eso”.
El profesional añadió que “ningún paciente llega a diálisis a los 63 años si no viene arrastrando una enfermedad, hipertensión, diabetes durante 20 o 25 años, entonces pretender revertir 25 o 30 años de vida en 3 o 4 días que estuviste internado acá me parece que es bastante injusto”.
En este sentido, entendió que “al perder un ser querido hay un mecanismo inconciente de querer cargar la culpa en alguien, los médicos estamos acostumbrados a eso. Carguemos con lo que nos corresponde pero pretender que este paciente haya tenido otro final no era posible”, finalizó.