Una empleada del nosocomio, Andrea Kuhn, explicó que hace dos meses que están protestando pero no obtienen respuesta ni del ministro de Salud, Ariel De La Rosa, ni del secretario, Mario Imaz. Por ello, mediante asamblea, decidieron instalar una carpa por el estacionamiento de calle Scattini y recientemente un gazebo en el hall de mesa de entradas.
Pero la directora del Heras, Graciela Chiappa, hizo una denuncia argumentando que la gente no puede pasar por la puerta principal de calle Entre Ríos. Kuhn lo negó. “La gente puede pasar y atenderse en los consultorios externos que los médicos están atendiendo todos”, señaló. Al pasar, criticó la medida de los profesionales. “Para ellos el edificio está bien, el agua es potable. Cosas que son mentira porque acá la gente toma agua en los sillones de Odontología y a la semana viene con una infección". “Hay un montón de casos”, dijo. Pero sostuvo que esos hechos que relató se desconocen porque se “tapa todo”, dijo.
Los trabajadores presentaron una carpeta al ministro de Salud donde constan las denuncias de maltrato al personal efectuadas en el ministerio de Trabajo. No obstante, las presentaciones cayeron en saco roto. Por ese motivo, instalaron el ‘gazebo’ en los pasillos. Esta mañana, la presencia policial en la guardia y en el ingreso por calle Entre Ríos los sorprendió. “Creo que es para intimidar, para prohibir que hagamos la protesta”, mencionó. Según dedujo la trabajadora estaban esperando la orden de un juez o un fiscal para desalojarlos. “Es lo que se está rumoreando por acá”, dijo Kuhn. No obstante, DIARIOJUNIO corroboró que hasta este mediodía, no había ninguna orden en ese sentido.
En ese sentido, Kuhn dijo que trabajó tres años en horario nocturno y pidieron policías. “De noche es totalmente inseguro, es tierra de nadie; tenés que defenderte sólo si te pasa algo. Nunca nos pusieron un policía. Pero desde que empezó la protesta ha puesto presencia policial las 24 horas”, señaló la empleada.
El no poder instalar la protesta en el interior del Heras suena a “injusticia” para los trabajadores si se tiene en cuenta la presencia de una mujer que hace dos años que vive, con perros, gatos y muebles, en uno de los pasillos del nosocomio. Precisamente el que se dirige a Sala 8. “Esa señora vino y usurpó el hospital y la Dra. Chiappa nunca la pudo sacar. Me parece totalmente injusto que no podamos manifestarnos en forma pacífica”, dijo.