OPINION : Luis María Schiavoni (Rulo) Rosario del Tala
¡¡Feliz Cumpleaños Diario Junio!!!
Este próximo día 7 se cumplirán 16 años de la primera aparición de Diario Junio. 16 años de verdadero periodismo ciudadano, prioritariamente al servicio de su ciudad: Concordia, pero también con las noticias importantes de nuestra provincia y de aquellas nacionales con mayor peso informativo… Tengo que ser sincero… Pasó bastante tiempo antes de que me enterara de este acontecimiento… Tal vez porque entre Concordia y mi ciudad siempre existió y existe aún, como si hubiera una pantalla o un blindaje que siempre dificulta el entendimiento y conocimiento mutuo. Tal vez porque no hubo nunca una vía directa de acceso que nos acercara.
Antiguamente, por los terribles caminos de tierra… Hoy tenemos buenas rutas, pero con una formidable vuelta que encarece esa vía. Encima, porque el tren nos obligaba a sufrir un trasbordo que para colmo tenía una larguísima espera y, hasta que llegó el tele-discado directo, una conferencia podía tener dos, tres o más horas de espera…
En fin… Lo cierto es que un día buscando en mi PC una noticia, el buscador me ofreció ente otras, una que decía Diario Junio, Concordia… Cuando abrí esa página y leí lo que buscaba conocer, sentí una sensación rara que me hizo seguir leyendo otras noticias de ese diario y me di cuenta que esa sensación era la de la pertenencia… Claro… Se trataba de mi misma forma entrerriana de emplear el idioma, sencilla, directa, precisa, valiente… Tal como nos expresamos los entrerrianos…
Supe de inmediato que se trataba de una publicación democrática, donde se publicaban opiniones y comentarios de cualquier índole partidaria y que cualquier lector podía hacer un comentario a favor o en contra, eso me gusta mucho, porque con el transcurrir del tiempo, esa manera de expresarnos hará que dejemos de maltratarnos entre nosotros…
En fin… Desde entonces mi primera lectura es siempre la de Diario Junio… Aunque no conozco personalmente a su director, siento por él, una gran admiración, fundamentalmente por su valentía, además por su enorme caudal de información y por su memoria prodigiosa. Siento verdadera satisfacción al comprobar casi a diario su convencimiento y la vehemencia con que expone sus opiniones…
Guillermo Luis Luciano : Para Diario Junio en su aniversario (oriundo de Gualeguaychú, Licenciado en Economía y profesor universitario)
EL PENSAMIENTO SIRVE SOLO SI SE LO DIFUNDE
Es el grito que proclamó la condición fundamental del hombre moderno: “Pienso por lo tanto soy”, reclamó René Descartes, en el siglo XVII, enfocando en la razón la esencialidad de lo humano, porque en el pensamiento radica la posibilidad de modificar las cosas, incluso construir un mundo mejor.
Aunque es una condición necesaria pero no suficiente; de nada vale el pensamiento si no se difunde, si queda encerrado en la mente de quien lo perpetra. La prueba de esto es que el pasaje de la Edad Media a la Moderna se demoró mil doscientos años y solo fue posible por una revolucionaria herramienta que habilitó la difusión del pensamiento: la imprenta.
Desde la caída de Constantinopla en el siglo III, hasta fines del siglo XV, en el que el genial orfebre alemán Johannes Gutenberg inventó la imprenta de tipos móviles, durante doce siglos, la sociedad permaneció estancada. ¿La razón? Existían los sabios, los inventores, los genios y pensadores de toda laya. Pero el pensamiento no se difundía, quedaba atesorado en obscuras bibliotecas monacales, donde yacían ocultos los manuscritos que contenían El Pensamiento. Por muchas razones, entre ellas porque la Iglesia temía que su difusión promoviera el cuestionamiento del dogma religioso. Hasta que llegó Gutenberg, que con su invento y provocó el estallido de la difusión masiva del conocimiento. El resto es historia.
En Argentina esta condición libertaria del pensamiento vino de la mano de inmigrantes que llegaron expulsados por sus ideas subversivas de la Europa burguesa. Tanos y Gallegos anarquistas fundaron las primeras imprentas y se lanzaron presurosos a difundir las nuevas ideas.
De esa tradición orgullosamente libertaria surgieron los medios de prensa libres hoy ‘alternativos’ como se ha dado en llamarlos. Hoy la humanidad está en la era de la acumulación y concentración sin límites de la riqueza, y para quienes la usufructúan, se les hace necesario, también, controlar el pensamiento, para que solo se difundan aquellas ideas que no alteren el estado de las cosas (como hace nueve siglos intentaban hacer quienes querían evitar se cuestionara el dogma religioso) Y entonces llegaron los multimedios: para administrar la difusión del pensamiento, y publicar solo los que consolidan sus privilegios, no importa sean verdades o mentiras.
Pero la libertad de pensar es como el agua, que al final siempre encuentra una rendija por donde filtrarse, y entonces aparecieron los ‘medios alternativos’ para que los hombres libres puedan seguir difundiendo su pensamiento y en consecuencia la organización social humana pueda tener la posibilidad de mejorar.
Y es en este lugar, en el sitio donde se convocan los hombres libres que piensan, en el que Diario Junio ocupa un rol imprescindible para que sigamos sosteniendo la locura de pensar en libertad.
¡Larga vida a Diario Junio! Y en su aniversario un fuerte abrazo a Claudio, su equipo y sus lectores, gracias por existir.
Federico Odorisio (Especial para 16 Aniversario DiarioJunio)
La forma del contenido
“Las malas personas no pueden ser buenos periodistas”. (Ryszard Kapuscinski. Periodista. 1932-2007)
Recuerdo la segunda vez que vi a Claudio.
Nos sentamos en la cocina de mi vieja casa. Uno frente al otro y separados por la ochentosa mesa amarilla hecha de aglomerado que se desgranaba sola. Sobre la misma, escrita con la Olivetti, estaba mi primera nota con posibilidades de ser publicada. No siempre había un lugar para publicar en la era del papel y el ciberespacio todavía era una América sin colonizar. Era un artículo raro y pretensioso sobre el fenómeno sociocultural de la fiesta del estudiante, las carrozas, y todo ese universo juvenil que es tan particular en Concordia.
Mientras Claudio leía las hojas recuerdo fijarme en sus expresiones faciales. Mucho de lo que soy, de la persona que me volví, la persona que escribe, estaba en esas páginas… Buscando alguna aprobación para animarse a volar…
Le encantó. No sólo le había gustado la prosa y la temática sino que le pareció totalmente necesario ese “abordaje lisérgico” sobre los temas cotidianos. Hacerme el “outsider” me había maltratado bastante y era la primera caricia en mucho tiempo. Además, me iban a pagar por escribir sobre lo que me gustaba. Una anomalía en la profesión.
Claudio estaba en mi casa para proponerme hacer periodismo sin censuras, con libertades estilísticas y de contenido como nunca hubiera esperado. Sólo había una condición: defender con argumentos o datos lo que uno sostenía en el papel. Un librepensador que reclutaba soldados para la difícil empresa de sacudir la modorra y apretar el grano purulento que casi todos preferían maquillar.
El sentido común de la ciudad y sus valores se habían delineado mayoritariamente con las voces del silencio de la curia local, El Heraldo y LT15. Con notas más breves que buenas sobre la paquetería, la buena moral y las costumbres judeocristianas, con el clamor por los apellidos ilustres y reconocidos que cocinaban a su gusto la ciudad sobre las mesas de juegos de los clubes caté. Una ciudad que se expandía sin rumbo definido y era comandada por un peronismo clientelista y funcional al modelo neoliberal.
Esa ciudad fue la que parió la anomalía que Claudio quiso llamar Junio en referencia al mes del Día del Periodista: 7 de junio. Tal vez como manera de reparar en algo el buen nombre de una profesión tan manoseada.
El período de crisis entre el 2001 y 2003, junto con el avance tecnológico y la explosión de la Internet, hizo que del papel -de una revista semanal que fue aquel proyecto inicial- se mutara al diario digital.
16 años después del nacimiento de diariojunio.com.ar suelo decirle a Claudio que el diario se ve viejito, que sus fotos se ven muy pequeñas y pixeladas, que necesita movimiento, versatilidad, impacto visual, diseño, despliegue, efectos, colores… Pero inmediatamente entiendo que siempre fue el contenido lo que primó sobre la forma, lo que importó a los que hicieron y hacen DiarioJunio. 16 años después lo que no envejeció fue el amor por el periodismo y la búsqueda de la verdad, por descifrar las causas que explican el acontecer, por las noticias y su contexto, no mermaron las ganas de provocar y convocar a una sociedad a debatir y participar en los asuntos neurálgicos de la ciudad.
Una forma de hacer periodismo. Una manera de vivir. Una identidad.
En fin – y parafraseando a Jauretche-, 16 años después, cuando me levanto por la mañana con una duda sobre algo, leo el DiarioJunio, me fijo en lo que dicen y sé que es ahí donde tengo que estar parado.
-¡Salud!