El concurso que organiza el Consejo de la Magistratura permite conocer la capacidad técnica de los aspirantes a administrar Justicia y su compromiso con el estado de derecho.
Los interesados en ingresar al Poder Judicial deben pasar tres etapas de evaluación y obtener un mínimo de 60 puntos sobre un máximo de 100. En primer lugar se evalúan los antecedentes de los concursantes; tras ese análisis se realiza una prueba de oposición escrita. Si entre ambas etapas se obtienen 40 puntos (otorgan 40 cada una) se accede a la entrevista pública, la cual otorga 20 unidades más como puntuación máxima.
Desde la creación del Consejo, 207 hombres y 167 mujeres se inscribieron a las mesas evaluadoras. Sólo dos de ellos no concursaron para ocupar cargos. Uno es Hugo Rubén Elías González, mientras que la restante es la actual vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) Leonor Pañeda, quien no alcanzó a inscribirse en ningún concurso, porque justo accedió al máximo órgano de Justicia de la provincia a propuesta del entonces gobernador Jorge Busti.
Otro dato interesante que se desprende de la información pública del organismo es que la abogada Silvia Beatriz Margarita Ghiorzo, de Gualeguaychú, fue quien se anotó más veces: 28 de un total de 88 Concursos Públicos.
Entre los hombres, los máximos participantes son Oscar Eduardo Rossi y Santiago César Petit, con 25 y 23 inscripciones respectivamente. Rossi, quien es oriundo de Nogoyá, espera en la actualidad que el Senado le dé el visto bueno a su pliego para ocupar la titularidad de la Defensoría de Pobres y Menores.
Desde el Consejo consideran que una de las cuestiones a corregir es el caso de concursantes que se inscriben a “mansalva”. Un coto a esta situación estaría contemplado en el texto de la Reglamentación del organismo, que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados. Sin embargo, la solución sería a medias. El límite estriba en que el postulante que gane un concurso deba esperar tres años para anotarse a otro.
Esta cláusula buscará frenar algo que resulta habitual entre los abogados, como es ganar un concurso y a los pocos meses de asumir en el cargo participar por otro puesto de mayor importancia.
Según averiguaciones practicadas por diario Uno, recién cuando esté aprobada la reglamentación del Consejo, el organismo podrá administrar la inscripción de abogados a los concursos. Lo llamativo, explicaron desde el organismo, es que hay abogados que se inscriben a concursos para los fueros Penal, Civil y Laboral sin importarle la especialidad.
También están los abogados que pretenden ser jueces, defensores, fiscales, camaristas o vocales. Tal situación, señalaron desde el Consejo, es muy difícil de solucionar en la actualidad.
Hoy hay 13 concursos en trámites para cubrir 16 vacantes, mientras que 75 concursos ya finalizaron.
El total de cargos que se concursaron asciende a 106. En la actualidad hay 21 pliegos en el Senado para recibir acuerdo. Además, hay cinco puestos que aún permanecen en suspenso debido a la medida judicial interpuesta por el juez Mario Quinteros en el famoso concurso N° 25, realizado para seleccionar tres vocales para la Cámara II –Salas I y II- y dos cargos de Vocal para la Cámara III –Salas I y II- con competencia en lo Civil y Comercial de la ciudad de Paraná.
Este tipo de inconveniente tendrá solución en el futuro, ya que en Reglamentación que está en estudio en la Cámara Alta se establece que “quienes concursen por un lugar vacante en la Justicia podrán recusar a quienes los están evaluando”. Además, las decisiones que “tome no serán apelables”; de esta manera, los legisladores buscarán que no ocurra lo mismo que en el concurso N° 25, que está bloqueado en el STJ.
La selección de funcionarios judiciales tiene previsto en su reglamento una entrevista pública con participación ciudadana, a los fines de evaluar el compromiso de los aspirantes con el estado de Derecho y los principios constitucionales. Sin embargo, esta herramienta no es aprovechada por la sociedad.
En las audiencias sólo hay familiares y amigos de los candidatos, contó un profesional que integra el organismo de evaluación. La realidad se reitera en la Cámara de Senadores donde la participación ciudadana es casi nula.
Otra cuestión que escasea son los candidatos a ocupar cargos en la Justicia y también postulantes que logren más de 60 puntos para ser ternados.
En los últimos concursos el Consejo tuvo dificultades para confeccionar las ternas. Por tal motivo se recurre a las listas complementarias. Hay casos donde no se han elevado ternas porque sólo un candidato cumple con el reglamento. Dos factores complican los concursos, los pocos inscriptos y las bajas notas.
Además, el organismo no tiene facultad para interrumpir o suspender un concurso. La única forma que Magistratura suspenda un concurso es cuando se registran menos de tres anotados en la apertura de la inscripción.
Desde el Consejo se explicó, a modo de ejemplo, que “para cubrir dos cargos en el mismo fuero se necesita como mínimo cuatro aspirantes que hayan conseguido más de 60 puntos, ya que primero van los tres con más mérito y uno ingresa por lista complementaria para conformar la segunda terna”.
Regularización
El Consejo de la Magistratura se constituyó plenamente en mayo de 2008, ya que anteriormente una disputa entre el Colegio de Abogados de Concorida y Entre Ríos demoró la conformación. En 18 meses la actual conducción del CM ha logrado acelerar la cantidad de concursos. Según los registros, las vacantes que tiene comunicado Magistratura están todas cubierta. Por otra parte, en los próximos días se abrirá la inscripción para los concursos que van desde el 89 al 106.
Se hace de nuevo
El Concurso Público Nº 50 se realizará otra vez, debido al fallecimiento de la doctora Estela Natal de Rebossio, quien murió al poco tiempo de haber asumido como titular del juzgado de Instrucción Nº2 de Concepción del Uruguay. La magistrada había obtenido 70 puntos. Según se informó desde el organismo, en 2010 se llamará a concurso nuevamente para cubrir esas vacantes.
